Tras los anuncios económicos de la semana pasada, enfocados en diversas medidas tendientes a lograr que los argentinos introduzcan al sistema financiero los dólares que guardan "bajo el colchón", un informe del Instituto para el Desarrollo Social Argentino (IDESA), acompañó la iniciativa de Javier Milei, bregó por un tratamiento menos punitivo y persecutorio de los contribuyentes, instó a mejorar los controles de los organismos recaudadores y fiscalizadores en temáticas de lavado de dinero, pero, además, ejemplificó una de las consecuencias directas que tuvo a lo largo de los años el sistema que la gestión libertaria quiere desmantelar.
"El diagnóstico de partida es que la voracidad controladora del Estado –al punto de distorsionar el principio de inocencia en el sentido de convertir a todos los ciudadanos en sospechosos hasta que demuestren lo contrario– tortura a la gente con mucha burocracia de información y muy baja eficacia para combatir la evasión y los delitos", postula, primeramente, el análisis del Instituto. Y es, en este sentido, que formula una descripción gráfica del destino que se le dio a los dólares por parte de los ahorristas, especialmente los ligados con el sector rural.
Al respecto, se indicó que, según datos del Ministerio de Economía y del Banco Central para todo el período 2003 – 2024 se observa que las exportaciones agropecuarias acumularon un total U$S 1,3 billones actualizados por inflación de Estados Unidos. Paralelamente, el informe señala que los ahorros que los argentinos acumularon en dólares en el exterior o en el colchón de manera formal ascienden a U$S 330 mil millones. "Es decir que 1 de cada 4 dólares que produjo el campo se fueron al exterior o se quedaron debajo del colchón", argumentó IDESA.
"El fenómeno tiene impactos muy negativos sobre la economía. Las causas por la que los argentinos no invierten en proyectos productivos son varias, pero no cabrían dudas de que la actitud persecutoria del Estado –sospechando de delincuentes a los ciudadanos– la profundizó", aseguró el estudio.
De este modo, el análisis resaltó que abandonar la idea de que la evasión y el delito se combaten con controles burocráticos es un paso en el sentido correcto, a lo que agrega que esto debería ser complementado con controles inteligentes. "El desafío no es solo eliminar trámites, sino también mejorar la vigilancia. Una forma es focalizar los controles internos del Estado en las personas con antecedentes penales y calificadas de alto riesgo financiero por las regulaciones del Banco Central. Eliminar la tortura del Estado a los ciudadanos exige más reformas simplificadoras", concluyó IDESA.