El gobernador Osvaldo Jaldo anunció que este martes quedará habilitada la segunda y última etapa del Complejo Penitenciario de Benjamín Paz, una obra que, según remarcó, constituye un pilar en la estrategia de seguridad provincial. Con la apertura de cuatro nuevos pabellones, se sumarán 800 plazas al sistema penitenciario, lo que eleva a 1.600 la capacidad total del penal.
“Una política de seguridad no puede sostenerse sin una política carcelaria”, enfatizó el mandatario en conferencia de prensa, al tiempo que destacó que el nuevo espacio cumple con los estándares nacionales e internacionales en materia de infraestructura y seguridad penitenciaria.
Jaldo recordó que la obra había estado paralizada y subrayó la decisión política de reactivarla apenas asumió. “Cuando llegamos, el avance físico no superaba el 15% y los fondos estaban frenados. En menos de dos años de gestión logramos culminar un establecimiento que estaba abandonado”, subrayó.
El gobernador también puso en perspectiva la magnitud de la obra. “En Tucumán hacía 100 años que no se inauguraba una cárcel. La última había sido Villa Urquiza. Con Benjamín Paz, la provincia se coloca entre las pocas jurisdicciones del país que concretaron obras penitenciarias en este período”, aseguró.
Además, adelantó que la política carcelaria continuará con la transformación de la alcaldía de Las Talitas en un nuevo penal. “De 250 plazas iniciales pasaremos a casi 600. Eso significa más capacidad para garantizar que todos los delincuentes capturados tengan destino inmediato en el sistema penitenciario”, señaló.
Con esta planificación, el Gobierno provincial busca dar respuesta a uno de los principales desafíos de la seguridad: la sobrepoblación carcelaria y la falta de infraestructura adecuada. “La Policía y la Justicia trabajan a pleno. Nuestra responsabilidad es asegurar que cada detenido tenga lugar en un establecimiento seguro y en condiciones legales”, subrayó Jaldo.
El complejo de Benjamín Paz, ubicado en el departamento Trancas, permitirá descomprimir la situación de las comisarías, que eran utilizadas como lugares de detención transitoria por falta de espacio en las diferentes unidades de la Cárcel de Villa Urquiza, que ya tiene más de 100 años de existencia.
“Con esto vamos a alivianar las comisarías y a tener más policías en la calle para tareas de seguridad preventiva”, agregó Jaldo.
Con la finalización de la segunda etapa, Benjamín Paz se consolida como el establecimiento penitenciario más grande y moderno del país, "un proyecto que busca además de ampliar la capacidad de alojamiento sino también mejorar las condiciones de detención y reforzar el sistema de seguridad provincial", cerró Jado.