
El sueño mundialista de Fernando “Puma” Martínez encontró un freno inesperado en Riad. El argentino dejó todo arriba del ring, pero cayó por nocaut en el décimo asalto frente al estadounidense Jesse “Bam” Rodríguez, quien aprovechó su mayor precisión para quedarse con el cinturón supermosca de la AMB y unificar aún más su dominio en la categoría. La derrota marcó el final del reinado del porteño, que entregó una actuación tan valiente como exigida ante uno de los talentos más destacados del momento.
Martínez buscó imponer su ritmo desde el arranque, fiel a su estilo intenso y frontales. En los primeros pasajes logró forzar intercambios favorables y conectar manos que generaron ilusión en el pequeño grupo de compatriotas presentes en el ABN Arena. Pero la respuesta de Rodríguez no tardó en llegar: con desplazamientos constantes y un boxeo más depurado, el texano fue ajustando el plan y neutralizando el empuje del argentino a partir del cuarto round.

El desgaste comenzó a sentirse en la segunda mitad del combate. Mientras Bam encontraba espacios para lastimar con combinaciones largas y ascendentes, el Puma apelaba cada vez más al corazón que a la técnica, intentando revertir la tendencia con ataques directos que lo dejaban expuesto. Esa diferencia terminó por inclinar la balanza en el inicio del décimo capítulo, cuando un potente zurdazo del estadounidense lo envió al piso y selló el final de la contienda.
La caída, la primera de su carrera profesional, representa un golpe duro para Martínez, que venía de conquistar Japón y defender con éxito su título. Sin embargo, su entrega en Arabia Saudita volvió a evidenciar que está capacitado para mantenerse en la élite. Con 34 años y un camino recorrido a pura resiliencia, su desafío será recuperarse de este revés y reencaminarse hacia una nueva oportunidad internacional.

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