El plenario de comisiones de Asuntos Constitucionales y de Justicia y Asuntos Penales del Senado retomó este martes la discusión de los proyectos que proponen la ampliación de la Corte Suprema, con la exposición de tres expertos convocados.
Fue la primera actividad oficial del cuerpo tras el receso de invierno y, si bien la intención es continuar con el debate del número de integrantes del máximo tribunal, desde el oficialismo no están dispuestos a avanzar en el tema hasta después de las elecciones de octubre.
La senadora y presidenta de la Comisión de Asuntos Constitucionales, Alejandra Vigo, dejó en claro que en el próximo encuentro hará el intento por sumar alguna voz representativa de la Casa Rosada, que se resiste a marcar postura pública sobre el tema.
El primero en abrir el panel de invitados fue el abogado constitucionalista Diego Armesto, que inició su exposición por la cuestión de género en el tribunal: “Se han designado 109 jueces, donde solamente tres fueron mujeres. Solo el tres por ciento del total”. “Ese dato pone de contexto una realidad de desigualdad estructural cual es que las mujeres han sido históricamente desprestigiadas para ocupar ese rol. Es una signatura pendiente del sistema democrático el desarrollo del principio de igualdad”, dijo.
Federalismo abultado
Sobre el número de integrantes de la Corte, Armesto indicó: “Algunos entienden que con más integrantes el tribunal resolvería más rápido las cuestiones. La verdad es contraria a estos argumentos. A mayor cantidad de magistrados más larga será la ronda de circulación de expedientes y los tiempos de la resolución de cada caso”.
Criticó también la representatividad de cada rama del derecho, como establece el proyecto de Juliana Di Tullio y otras iniciativas que empujan la federalización a la hora de designar a los nuevos magistrados.
“Sostener que para respetar el federalismo el máximo tribunal debe estar conformado por un integrante de cada jurisdicción constitucional tendríamos que estar hablando de 23 jueces de la corte y 24 si entramos a la Ciudad Autónoma de Buenos Aires”, explicó Armesto. Para el letrado, “el respeto por el federalismo que deviene del artículo 1 de la Constitución nacional y de los siguientes debe expresarse en la perspectiva con la que se analizan las cuestiones que involucran el reparto de competencias en la Carta Fundamental”.
“En este marco no fueron necesarios 24 votos, sino tan solo cuatro para decir que el federalismo argentino estructura desde las provincias el estado federal y no al revés. Esto lo dijo la corte en el año 2022”, sintetizó. Armesto les pidió a los senadores que “no abran la caja de Pandora”, al advertir: “Necesitamos una Justicia independiente e imparcial, necesitamos una Corte Suprema que tome decisiones basadas en la ley y en la evidencia. En definitiva, estimados senadores, debemos saber que no es el momento para aumentar los miembros de la Corte”. Y finalizó: “Debemos completar su integración cumpliendo con el proceso constitucional, sin atajos, sin decretos, con consenso y con los mejores, y saber que cuando la política ante tribunales, la Justicia sale por la ventana”.
Rapidez judicial
Le siguió Marcelo López Mesa, integrante de la Academia Nacional de Ciencias y Academia Nacional de Derecho de Buenos Aires, que expresó: “Quienes hemos estado en el Poder Judicial sabemos que el peor estado en el que puede estar es el deliberativo. Las cosas como están no pueden continuar. Una Corte de tres no es el apotegma de lo deseado”, dijo López Mesa.
Para el abogado, uno de los retos de la Justicia argentina es “acelerar el trámite de las causas”. Además, afirmó que la Corte no puede funcionar en salas y consideró: “Eso sería gravosamente inconstitucional”.
Con respecto a la ampliación del tribunal, dio dos propuestas: “Si ampliamos el número, tendríamos que hacer dos cosas, resignarnos a que la demora sea mayor o, tal vez, explicitar una medida que utilizaba la Suprema Corte de Buenos Aires”. “Cuando una causa llegaba a cinco firmas dejaba de girar. Salvo en asuntos donde el interés institucional esté presente y las personas tengan derecho a ver qué piensa el resto”, sintetizó. Sobre el final, López Mesa dijo que “la Justicia para ser tal debe ser oportuna, una Justicia tardía no es justicia, es historiografía. Elevar el número a siete sería un límite razonable, no más”.