La Justicia Federal autorizó este miércoles al presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, para que visite a Cristina Kirchner en su departamento de Constitución, donde la expresidenta cumple arresto domiciliario por la condena a seis años de prisión que le fue impuesta en la causa Vialidad por delitos de corrupción. La autorización es para este jueves según precisó el tribunal.
Lula llegará este miércoles a Buenos Aires y partirá de regreso a su país el jueves después del mediodía, tras participar de una cumbre del Mercosur, donde asumirá la presidencia por témpore del organismo. Enemistados política e ideológicamente, no está prevista una reunión bilateral entre Lula y el presidente argentino Javier Milei.
El abogado de Cristina Kirchner, Carlos Alberto Beraldi, realizó el pedido formal de permiso para la visita del mandatario brasileño ante los jueces del tribunal oral federal N°2 Jorge Gorini, Gonzalo Giménez Uriburu y Andrés Basso.
El juez Gorini estableció que durante la visita de Lula no se debe alterar la tranquilidad del barrio, como ocurrió en el pasado con manifestaciones de apoyo a la ex presidenta.
“En virtud de lo peticionado, autorízase a Cristina Fernández de Kirchner a recibir la visita en el domicilio donde cumple su prisión domiciliaria del Presidente de la República Federativa de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, a realizarse el próximo jueves 3 de julio”, dice la resolución judicial. Y agrega que “hágase saber que deberá darse estricto cumplimiento a la regla de conducta que fuera impuesta” referida al “deber de abstenerse de adoptar comportamientos que puedan perturbar la tranquilidad del vecindario y/o alterar la convivencia pacífica de sus habitantes”.
Cristina Kirchner tiene como una de las reglas de conducta que le fijaron para cumplir su condena la necesidad de pedir permiso para visitas extraordinarias y justificar los motivos.
En cambio, tiene autorizado el ingreso a su casa de un grupo fijo de personas, entre policías de custodia, médicos, familiares y abogados.
El juez Gorini además autorizó que las personas que están en esa lista puedan ver a la expresidenta. Y le encargó al abogado Beraldi que informe, la fecha y hora de las visitas que se autorizaron, luego de realizadas.
La expresidenta apeló ante la Cámara de Casación estas limitaciones y el uso de una tobillera electrónica para controlarla y que no salga de su casa.
Los fiscales Diego Luciani y Sergio Mola apelaron también ante la Casación la concesión del arresto domiciliario y pidieron que Cristina Kirchner vaya a la cárcel.
Todo se resolverá tras una audiencia que se realizará en casación el 7 de julio próximo y que estará a cargo de los jueces Mariano Borinsky, Gustavo Hornos y Diego Barroetaveña.
La visita a Cristina generó debate puertas adentro del gobierno brasileño. Mientras algunos sectores más ligados al Partido los Trabajadores (PT) consideran que el gesto es una forma de retribuir el apoyo que Lula recibió cuando fue condenado y preso durante la Operación Lava Jato.
Otros, en cambio, más ligados a la diplomacia profesional, alertan sobre el riesgo de que la visita sea leída como una provocación política o incluso una afrenta a la Justicia argentina, en caso de que el presidente adopte un tono comprometido con la tesis de la persecución judicial.
Con información de La Nación