Obtenido de Infobae
Este martes, Cristian comparece ante la Fiscalía Nacional en lo Criminal y Correccional N° 61 para relatar cómo encontró los huesos mientras realizaba tareas de excavación. Según su testimonio, los restos estaban enterrados a apenas 60 o 70 centímetros de profundidad. El caso recobró fuerza luego de que excompañeros de la víctima también brindaran declaraciones.
El hallazgo se produjo en mayo de este año, en el jardín de una vivienda ubicada en Congreso 3742, donde en 1984 residía Cristian Graf, hoy principal sospechoso del crimen. Aunque el hecho prescribió y no habrá condena penal, la Fiscalía impulsa un juicio por la verdad para esclarecer lo ocurrido. Graf, que aún vive en esa casa, negó rotundamente ser el autor del homicidio.
La última vez que se vio con vida a Diego Fernández Lima fue el 26 de julio de 1984. Esa tarde, tras almorzar con su madre Irma, salió rumbo a la casa de un amigo. Un testigo aseguró haberlo visto en la esquina de Monroe y Naón, a unas cinco cuadras del lugar donde finalmente apareció enterrado. Su familia nunca dejó de buscarlo, manteniendo durante décadas la esperanza de volver a escucharlo.