Caso Diego Fernández Lima: pidieron indagar a Cristian Graf, el principal sospechoso

El fiscal que investiga el crimen de Diego Fernández Lima, el adolescente de 16 años cuyos restos fueron hallados en una vivienda del barrio porteño de Coghlan, solicitó que Cristian Graf —excompañero de colegio de la víctima— sea citado a declaración indagatoria.

Martín López Perrando, titular de la causa, pidió que Graf declare por los delitos de encubrimiento agravado y supresión de evidencia. Fernández Lima había desaparecido en 1984, y el hallazgo de sus restos ocurrió el pasado 20 de mayo de 2025.

En su dictamen, al que accedió Noticias Argentinas, el fiscal sostuvo que, si bien no se pudo determinar con certeza la autoría del homicidio, sí se acreditó que la víctima fue asesinada y ocultada en el interior de la casa que habitaba —y aún habita— el imputado. Además, indicó que Graf “inmediatamente luego del hallazgo de los restos practicó diversas maniobras tendientes a encubrir la averiguación de la verdad”.

De acuerdo con López Perrando, el acusado “realizó manifestaciones tendientes a desviar la investigación desde su génesis —es decir, desde el momento del hallazgo de los restos óseos— con la inequívoca finalidad de garantizar la impunidad del o los autores”.

Para el representante del Ministerio Público Fiscal, Graf “buscó silenciar el crimen de Diego Fernández”.

El fiscal también destacó que, al momento de iniciarse las excavaciones en un terreno lindero a la vivienda de Graf, el acusado se mostró “preocupado y temeroso de que la verdad saliera a la luz”.

Tras confirmarse que los restos pertenecían a Fernández Lima, la investigación pudo enfocarse en establecer el vínculo entre el adolescente y el ahora imputado. Se determinó que ambos eran compañeros de colegio y compartían la afición por los motovehículos. “Las coincidencias, lejos de ser aisladas, resultaron contundentes, al punto de que hoy es posible aseverar sin cortapisa que Graf conocía la existencia del cadáver en el fondo de su casa”, afirmó el fiscal.

Por último, López Perrando subrayó que “este cuadro indiciario se agrava por el absoluto silencio que mantuvo el imputado desde el día del hallazgo —el 20 de mayo— hasta la actualidad, pese a la magnitud del descubrimiento y su directa vinculación con el lugar de inhumación”.