
Las elecciones del pasado domingo 26 de octubre dejaron varias enseñanzas en Tucumán: una de ellas es que La Libertad Avanza se coronó como la única e indiscutida fuerza opositora al gobierno de Osvaldo Jaldo. Y la otra moraleja es que en el partido del presidente Javier Milei nadie tiene la silla asegurada.
Y quien lo vivió en carne propia fue el tucumano Lisandro Catalán, ex ministro del Interior, quien pese a haber logrado, a través de su conducción política local, dos bancas en la Cámara de Diputados, quedó fuera del esquema de poder del presidente, arrastrado por la feroz interna que protagonizó su mentor y ex jefe de Gabinete de Ministros, Guillermo Francos, quizás el único dirigente dentro del Gobierno con pergaminos y expertise política para generar consensos.
Con Catalán ya sin cargo y sin poder real, ¿quién conducirá el barco de LLA hacia las elecciones de 2027? Desde el núcleo más catalanista de la agrupación local aseguran que será el propio Catalán quien seguirá manejando los hilos porque, al no tener cargo en el gobierno, tendrá más tiempo de viajar seguido a Tucumán. Pero lo que sucederá en realidad será otra cosa: los dirigentes de LLA comarcana que quedaron huérfanos buscarán un nuevo líder que los conduzca, como manda la única ley natural que rige el poder y la realpolitik: a rey muerto, rey puesto.
Hasta su renuncia ocurrida el viernes pasado, el brazo ejecutor de Catalán en Tucumán fue Gonzalo Heredia, un joven empresario a quien Jaldo aludió indirectamente durante el debate de La Gaceta, relacionado al manejo de los fondos de campaña. El manejo político de LLA en la provincia fue de un verticalismo extremo, con poco lugar para el debate y el consenso entre sus dirigentes. Lo que Catalán ordenaba, Heredia ejecutaba. Fue un esquema de poder a manu militari, fiel al estilo de Karina Milei, cuya franquicia fue implementada a rajatabla —y con resultados electorales a la vista— en la tierra de Juan Bautista Alberdi.
En LLA Tucumán hay dos grupos definidos de poder: por un lado están "Los Catalanes", conformado por amigos, familiares y allegados al ahora ex funcionario, y por otro lado están los "Federalistas", integrados por miembros y directivos de la Fundación Federalismo y Libertad, conducidos por el influyente cabildante José Godoy. En este grupo se encuentra Manuel Guisone, segundo de Godoy y quien perdió la pulseada para encabezar la lista frente al diputado electo Federico Pelli, experto en Seguridad y jefe de esa área en la compañía azucarera Los Balcanes. Muchos coinciden en que el lobby del empresario Jorge Rocchia Ferro fue crucial para posicionar al sobrino nieto del arquitecto César Pelli.
Pero ahora, al haber quedado Catalán sin poder, Pelli tendría línea directa con Karina Milei, Santiago Caputo o Diego Santilli, si es que este último, recientemente designado ministro del Interior, se encarga del armado en las provincias.
¿Qué pasaría si Caputo o Santilli desembarcan en Tucumán? Seguramente los perfiles dialoguistas de “El Mago del Kremlin” —así lo bautizó el periodista Carlos Pagni— o de “El Colorado” permitirían conformar un espacio opositor menos sectario, quizás con referentes extrapartidarios que buscarán migrar hacia LLA luego de la contundente elección del domingo 26. ¿Se teñirán de violeta algunos referentes del radicalismo y del peronismo local que quedaron marginados y expuestos tras los comicios? ¿Regresarán al espacio quienes pegaron el portazo por desavenencias con la conducción local?. El gran ajedrez político hacia 2027 ya está a la vista. Solo hay que esperar que se mueva la primera ficha.
El autor de esta columna de opinión es consultor político. Director en @nyborgagencia. Socio de ASACOP. Periodista.