Lo que debía ser un partido más de la segunda fecha del grupo B del Torneo Anual de la Primera A de la Liga Tucumana de Fútbol terminó en un verdadero escándalo en Alderetes. En el estadio Jacinto Llocra, el árbitro Emanuel Monasterio decidió suspender el encuentro entre Ateneo Parroquial y San Lorenzo de Delfín Gallo en el final, cuando el equipo visitante ganaba 2 a 1. La decisión se tomó luego de una violenta agresión sufrida por el juez, que derivó en la interrupción definitiva del juego.
La situación se desató tras un penal sancionado a favor del local por una mano en el área del defensor Ivo Vega Díaz, quien reaccionó de forma descontrolada y agredió físicamente al árbitro con al menos dos golpes de puño. Monasterio respondió a la agresión mostrando inmediatamente la tarjeta roja al jugador, en medio de un clima de máxima tensión. Hasta ese momento, el juez ya había expulsado a tres futbolistas: Sebastián Álvarez, autor del empate parcial para Ateneo, y Rubén Fernández y Gustavo Castaño en el conjunto visitante dirigido por José Roldán.
Tras el incidente, Monasterio, visiblemente lesionado en el ojo derecho y la sien izquierda, dio por concluido el partido ante la falta de condiciones para continuar. Luego, junto al equipo arbitral, se dirigió a la comisaría de Alderetes para formalizar la denuncia correspondiente. El caso ahora está en manos del Tribunal de Disciplina de la Liga Tucumana, que aguarda el informe oficial y deberá tomar medidas ante un hecho que empaña el desarrollo del torneo y vuelve a encender las alarmas por la violencia en las canchas del fútbol local.
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