
En una entrevista con un medio colombiano, la artista reconoció que la magnitud del fenómeno la tomó por sorpresa. Aseguró que vive “experiencias difíciles de comprender” y que, aunque muchos la señalen como referente, le cuesta procesar que su situación haya derivado en un movimiento social. Destacó que su postura ante el conflicto siempre fue política y no emocional, y que decidió aprovechar el impacto mediático para visibilizar problemáticas que afectan a miles de mujeres.
A lo largo de la conversación, Cazzu explicó que nunca buscó entrar en el universo de la farándula ni de los chimentos, pero que asumió la responsabilidad de expresar lo que considera injusto. Añadió que le sorprende que la “Ley Cazzu” haya generado tanta adhesión y que, aunque aún procesa lo que significa, le alegra representar “cosas buenas” para muchas personas. También remarcó que la iniciativa contiene aspectos complejos que deberán ser analizados con detenimiento.
En relación con la crianza de Inti, su pequeña hija, la artista fue contundente: la niña se cría únicamente con ella. Contó que en su casa predominan las canciones infantiles como Moana, Frozen, Luli Pampín y Plim Plim, y que ya comenzaron a cuidar las palabras y gestos, dado que la niña —de apenas dos años— comprende todo. Señaló además que Inti asocia los tatuajes con confianza, un rasgo que proviene de su entorno familiar.
Por último, la cantante subrayó que su rol público se transformó en un espacio para impulsar debates sobre igualdad, derechos y protección de infancias, más allá de su vida personal. Aunque aún no sabe cómo sentirse ante la iniciativa, evaluó que abre una conversación necesaria sobre situaciones que enfrentan miles de madres.