En la maratónica sesión en el Congreso Nacional, que significó una dura derrota para el gobierno libertario ante la aprobación de proyectos que, de acuerdo al discurso oficial, atentarían contra el equilibrio fiscal, el diputado tucumano de la Libertad Avanza, Gerardo Huesen hizo uso de la palabra en el marco de las cuestiones de privilegio. Su intervención estuvo marcada por fuertes críticas y acusaciones directas al kirchnerismo, en especial a la figura del gobernador de Buenos Aires, Axel Kicillof, en el contexto de la discusión que giró en torno al financiamiento del Hospital Garrahan.
Huesen no escatimó en descalificaciones a la administración del actual gobernador como "una de las administraciones más nefastas que ha conocido la República Argentina donde reina la inseguridad, la desidia, la pobreza y el desprecio por la gestión pública de una manera responsable".
Uno de los puntos centrales de su exposición se vinculó a la situación financiera del Garrahan. Huesen denunció que "el gobierno de la provincia de Buenos Aires mantiene una deuda judicializada de $3.367 millones" con la institución sanitaria, la cual "se niega a pagar". En contraste, el diputado subrayó que el gobierno nacional, al que acusarían de querer "desfinanciar el Garrahan", "aumentó el presupuesto en 274%".
Cómplices
El legislador, oriundo de la Banda del Río Salí, enfatizó la gravedad del debate celebrado, señalando que "no se puede jugar a la política con la salud pública". Dirigiendo sus críticas directamente al kirchnerismo, Huesen los acusó de haber "mirado para otro lado" y de mantener un "silencio cómplice, un silencio cobarde porque son unos hipócritas". Con vehemencia, afirmó que "vergüenza les debería de dar, porque nunca defendieron a los niños, nunca defendieron al Garrahan ni a la salud pública, vergüenza les tiene que dar", expresó enojado.
Huesen ligó el futuro político al desempeño del actual gobierno, sentenciando que "si al gobierno de nuestro presidente (Javier) Milei le sigue yendo como le va, el kirchnerismo no vuelve nunca más". Finalizó su alocución con un llamado a la erradicación de ciertos modelos políticos: "basta de estos parásitos mentales, basta de kirchnerismo, basta estos modelos de la decadencia que gobiernan algunas provincias". En un tono encendido, proclamó que "la libertad tiene el antídoto y el antídoto se llama Javier Gerardo Milei", para luego culminar con el clásico y enérgico "viva la libertad carajo".