Mariano Campero, diputado "radical con peluca" por Tucumán y miembro de la “Liga del Interior” junto al misionero Martín Arjol, es uno de los respaldos más firmes del oficialismo en la Cámara de Diputados. Su apoyo constante a los proyectos clave del Gobierno, incluidos los vetos presidenciales, lo convirtió en un aliado estratégico de la Casa Rosada. Sin embargo, su decisión de votar con la oposición para emplazar el tratamiento en comisiones de dos temas sensibles —el financiamiento de las universidades públicas y la emergencia pediátrica— encendió alertas. Este movimiento, realizado junto a Arjol, no implica un quiebre con el oficialismo, sino un mensaje claro: el Gobierno debe ofrecer un horizonte concreto para sectores clave de la sociedad.
Campero, líder del partido "Cambia Tucumán" aquí en la provincia, defiende su postura con énfasis en la necesidad de un plan a mediano y largo plazo. “No se puede pensar un país próspero sin universidad pública”, sostiene, en una entrevista con el diario La Nación, subrayando que su voto busca empujar al Gobierno a sentarse a dialogar, convocar paritarias y delinear una estrategia que contemple a la comunidad educativa. La falta de actualización salarial para docentes e investigadores desde enero, según Campero, justifica la urgencia de este debate. “Nos parece clave que el Gobierno tenga la instancia en las comisiones para plantear una hipótesis de luz: un proyecto a un año, a diez, a quince”, afirma, destacando que no se trata de apoyar leyes que rompan el equilibrio fiscal, sino de exigir respuestas responsables.
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El trasfondo de esta decisión no está exento de especulaciones. A nivel local, Campero enfrenta un escenario político complejo de cara a las elecciones venideras de octubre, con posibles alianzas que podrían incluir al diputado radical Roberto Sánchez o bien terminar en las filas de La Libertad Avanza, comandada por Lisandro Catalán en estas tierras. Sin embargo, el ex intendente de Yerba Bunea descarta que su voto sea una maniobra electoral: “Cero. No tiene nada que ver”. Su mandato, asegura, le da un año y medio más para consolidar su construcción política, al margen del radicalismo, desde su propio espacio, Cambia Tucumán.
Respecto a la posible conformación de un frente con Sánchez, indicó tal situación sería viable, "siempre y cuando él me dé una mano en dos o tres cosas: poner jugadores nuevos en la lista, hablar de la construcción de Tucumán… ahí están los concejales, los intendentes, todo lo que hemos construido. Pero también hay muchas chances de que pueda jugar con el alfarismo, la construcción de Germán Alfaro, que se enfrentó conmigo". Es en este sentido, que el parlamentario tucumano descartó confluir, si se proyecta este panorama, en un espacio junto al ex intendente de San Miguel de Tucumán: "Yo tengo un partido que se llama Cambia Tucumán. Y con el radicalismo no tengo ningún sentimiento de rencor, pero la verdad es que hoy la construcción no va por ahí", sentenció.
El voto de Campero también refleja una conexión personal con el tema universitario. Exdocentes y egresado de la universidad pública, siente el reclamo como suyo y propone un dictamen propio que contemple mejoras salariales para docentes, investigadores y no docentes, acompañado de auditorías para optimizar recursos. Este enfoque, según el diputado, permitiría al Gobierno responder a las demandas sin comprometer el equilibrio fiscal, un pilar que sigue defendiendo con firmeza.
La presión de Campero no se limita al ámbito educativo. El diputado tucumano también apunta al sector productivo, que “necesita un plan para no agobiar a las economías regionales”. En un contexto donde el Senado debate proyectos sensibles como el aumento jubilatorio, la moratoria previsional y la emergencia en discapacidad —todos amenazados con veto presidencial—, Campero evita pronunciarse sobre futuros vetos, pero insiste en la necesidad de una “visión inteligente y responsable” para la reconstrucción del país. Su mensaje es claro: haber logrado el equilibrio fiscal es un hito, pero ahora el Gobierno debe demostrar que no está en contra de sectores clave como la educación y la salud. “Lo mismo está pidiendo el sector productivo”, agrega, remarcando la importancia de un plan estratégico que dé certidumbre a largo plazo.
El emplazamiento votado por Campero no implica avalar proyectos opositores que, según el diputado, buscan “con mala fe” romper el equilibrio fiscal al combinar demandas nobles con medidas como la baja de retenciones al agro. Sin embargo, su decisión de forzar el debate en comisiones refleja una advertencia al oficialismo: es momento de pasar de los gestos a las propuestas concretas. “Le pedimos que haga lo mismo que el año pasado”, dice Campero, recordando la oferta que el Gobierno presentó al Consejo Interuniversitario Nacional en 2024. Para el diputado, no se trata de confrontar, sino de construir un camino que garantice el futuro de la universidad pública y la estabilidad económica del nación.
Quien se refirió al actual rol de Campero, fue el concejal Federico Romano Norri al sostener que "tras haberse acercado a Milei, comenzó a quedar relegado por La Libertad Avanza y volverá a la UCR. El necesita hacer una buena elección en Yerba Buena para apoyar la gestión de (Pablo) Macchiarola y necesitara de los radicales. El partido de Milei es más verticalista que el peronismo y ya los corrieron a (Ricardo) Bussi, (José) Macome, ahora a Campero y antes a un intento de acercamiento de Sánchez. Es más, a Sebastián Salazar, le pasará lo mismo, con el cargo que le dieron por su acercamiento a Catalán", vale recordar que, el ex intendente de Bella Vista, fue nombrado por la gestión libertaria como Gerente Regional de ANSES.