El regreso de Ángel Di María a Rosario Central fue tan emotivo como agridulce. En el arranque del Torneo Clausura, el Canalla igualó 1-1 con Godoy Cruz en el Gigante de Arroyito, en un encuentro marcado por el estreno del ídolo rosarino tras más de dos décadas fuera del fútbol argentino. Fideo anotó de penal su primer gol desde su retorno, pero debió abandonar el campo a pocos minutos del final con una molestia muscular que encendió las alarmas en todo el cuerpo técnico de Ariel Holan.
Desde el inicio, Di María se ubicó sobre el sector derecho del ataque, buscando asociarse y desequilibrar con su zurda. Fue víctima de un juego friccionado, e incluso Vicente Poggi lo golpeó con dureza en el primer tiempo y recibió tarjeta amarilla. A pesar de eso, el campeón del mundo se las ingenió para generar peligro con la pelota detenida: tuvo un par de oportunidades claras hasta que, tras una falta dentro del área, cambió el penal por gol con una definición sutil y festejó con lágrimas en los ojos ante su gente.
Sin embargo, el regreso soñado no pudo tener un cierre perfecto. A poco del final, Di María sintió una molestia en su pierna y pidió el cambio visiblemente afectado. Mientras salía, no logró contener la emoción y se retiró entre lágrimas. Para colmo, sobre el cierre del partido, el propio Poggi apareció para anotar el empate del Tomba y privar a Central de una victoria que parecía asegurada. Ahora, el equipo rosarino visitará a Lanús y esperará novedades sobre el estado físico de su gran figura.
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