La expectativa por el regreso de Katy Perry desató una verdadera revolución en Buenos Aires. Desde temprano, cientos de seguidores se concentraron en las inmediaciones del hotel de Recoleta donde se hospeda, con banderas, carteles y celulares listos para inmortalizar el momento. La artista estadounidense no defraudó: salió a saludar, firmó autógrafos y se tomó selfies con los fans que la esperaban bajo el cielo porteño.
El instante más emotivo llegó cuando un seguidor le obsequió un cuadro de Eva Perón. Perry lo recibió sonriente, posó con él para las cámaras y lo levantó sobre su cabeza antes de volver a ingresar al hotel, gesto que desató una ovación entre aplausos y gritos. Las imágenes del momento rápidamente se viralizaron en redes sociales, multiplicando la emoción de sus fanáticos.
La visita de Perry coincide con los preparativos de sus dos shows del 9 y 10 de septiembre en el Movistar Arena, en el marco de su gira internacional “The Lifetimes Tour”. Allí repasará sus grandes éxitos con un despliegue escénico que promete ser espectacular, reafirmando su fuerte conexión con el público argentino.
En paralelo, la artista atraviesa un presente personal lleno de cambios. Tras su separación del actor Orlando Bloom, con quien comparte la crianza de su hija Daisy, la cantante fue vinculada en las últimas semanas con el exprimer ministro canadiense Justin Trudeau. Los rumores de un romance no opacaron, sin embargo, la intensidad con la que sus seguidores celebraron su regreso al país, donde la figura de Eva Perón sumó un capítulo inesperado a la visita.