Un episodio insólito y alarmante conmocionó a la ciudad peruana de Huaral. A fines de agosto, un atacante lanzó un cartucho de dinamita encendido dentro de la casa del periodista Carlos Alberto Mesías Zárate. La escena quedó registrada en cámaras de seguridad, donde se observa al agresor prender la mecha, arrojar el explosivo y luego asomarse para comprobar que continuara encendido.
La situación pudo terminar en tragedia, pero la mascota de la familia, una perrita llamada Manchis, se interpuso con valentía. Alertó a todos con sus ladridos y, sin dudarlo, apagó la mecha a mordiscos. “Lo masticó y lo masticó y nos salvó la vida”, relató Mesías. El gesto heroico, sin embargo, dejó consecuencias: las cuerdas vocales del animal resultaron dañadas y ya no puede ladrar.
La Unidad de Desactivación de Explosivos (UDEX) retiró el artefacto de la vivienda y confirmó su alto poder destructivo. Para Mesías, no se trata de un hecho aislado, sino de un ataque directamente vinculado a su labor profesional. “Hace mucho tiempo hago investigaciones sobre hechos ilícitos y criminales en la ciudad. Creo que esto fue una reacción de la delincuencia”, aseguró en diálogo con medios locales.
Mientras avanza la investigación, Manchis se convirtió en una heroína reconocida en la ciudad y en redes sociales, donde vecinos y usuarios reclamaron que la cuiden de posibles represalias. Su valentía no solo evitó una tragedia, sino que también puso en evidencia la grave situación de inseguridad que rodea a periodistas y familias en la región.