“Del norte vengo, salteño soy. Baquiano en el amor. Con guitarra y vino, y un puña'o de amigos. Sueña mi corazón. Con guitarra y vino, y un puña'o de amigos. Sueña mi corazón”. Con esta canción, “De Pura Cepa”, comenzó el gran show que los seguidores del Chaqueño Palavecino, cual “Misa Ricotera”, por la fidelidad y energía con la que un devoto religioso va a su templo fundacional, disfrutaron a pleno, con ponchos, carteles, sombreros, guitarras y hasta ropas típicas.
En el escenario brillaron una docena de músicos, con guitarras, bombos, violines, bandoneón y percusión varia, toda una orquesta criolla para el delirio de los amantes del folclore. Quizás este sea el motivo por el cual el Chaqueño, a 40 años de haber abandonado la conducción de un colectivo, sigue regalando música y cosechando seguidores y éxitos en cada lugar que visita.
El salteño Óscar Esperanza Palavecino, más conocido como “El Chaqueño”, se presentó anoche en el teatro Mercedes Sosa para celebrar en el inicio de una gira nacional por sus 40 años con la música. Tras confesar que era algo atípico armar un show en un teatro y no un festival popular, como habitualmente lo hace, en el escenario el artista no se guardó nada: con un repertorio que hizo delirar al público, acompañado por bailarines. Un párrafo aparte merece el trabajo realizado por los encargados técnicos del teatro, que acompañaron al Chaqueño y su voz única con imágenes en una pantalla y un sonido de primera calidad.
El repertorio incluyó éxitos como “Amor Salvaje”, “Mataco Soy”, “La Ley y la Trampa” y “Celoso no soy”, entre otras canciones que llenaron de magia una noche que parecía no tener fin, en la que después de más de dos horas de puro folclore nadie quería dejar sus butacas al grito de “¡Una más!”.
Homenaje a su primer arreglador
En la historia y el éxito del Chaqueño Palavecino también se atravesó Tucumán. Contado más de una vez por él: En 1988, de paso por nuestra provincia con poco dinero que logró reunir para grabar su primer trabajo musical, “Pa´ mis Abuelos esta Zamba”, conoció al destacado violinista, docente y arreglador Fernando Matos, que fue quien lo guio para grabar y lo acompañó durante varios años con su conocimiento musical. También recordó que fue en Tucumán donde las radios LV7 y LV12 le prestaron sus micrófonos y le abrieron sus puertas Canal 8 y Canal 10, en las emisiones del ciclo “Cacharpaya”. Anoche, al repasar la historia, Palavecino invitó a Matos a subirse al escenario, para brindarle un sentido homenaje a su profesor y le pidió a uno de sus músicos que le prestara su violín. Matos, quien tiene una enfermedad degenerativa de la mente y ya está jubilado, hizo delirar a la platea con chacareras y un tango que dedicó a las mujeres de la sala.
Esta es la segunda vez que el Chaqueño Palavecino visita Tucumán y expresa su afecto y reconocimiento por Matos: hace un par de meses, en otro paso por la provincia, fue hasta su casa a saludarlo y a compartir unas horas con su familia.
Una Yunta de artistas en el escenario
“Los conozco desde changuitos y quise hoy que me acompañaran”. Así, el Chaqueño Palavecino presentó a Julián Humarán y a Gustavo Páez, del dúo La Yunta, quienes lo acompañaron para interpretar a trío “Viene Clareando” y “La Pobrecita”, dos grandes clásicos del folklore Argentino. Pero no todo quedó ahí, el Chaqueño pidió “yapa” y tuvieron que improvisar una chacarera, “Para mi vuelta”, que puso los ponchos en alto y que el público acompañó haciendo palmas e imitando a los bombos.
*Por José Romero Silva