Paola Villagra, una exalumna de la Escuela de Enfermería de Aguilares, dependiente de la Universidad Nacional de Tucumán (UNT), sacudió a la comunidad académica al confesar su rol como “la recaudadora” en una red de corrupción que involucra a docentes y estudiantes. En un testimonio explosivo brindado al canal TN, Villagra admitió haber recolectado pagos y regalos para el profesor Ricardo Palavecino (foto inferior), acusado de aprobar exámenes a cambio de dinero o favores sexuales. La investigación, iniciada en noviembre de 2024 tras una denuncia anónima, destapó un esquema que compromete a varios actores de la institución y ya cuenta con dos personas procesadas.
“Llegué a recibir 60, 70 mil pesos, regalos, perfumes”, confesó Villagra, quien se graduó como enfermera y formaba parte del centro de estudiantes. “Yo era quien actuaba por pedido de Ricardo (Palavecino). Hay varios alumnos que pagaban para obtener sus notas, y yo era quien les cobraba”, reveló, señalando directamente al titular suplente de la cátedra Practicantado en Enfermería II. Aunque Villagra no participó en los supuestos “favores sexuales”, afirmó que el propio Palavecino le confesó que varias alumnas “pagaron con su cuerpo”. “Yo sé que varias pagaron con su cuerpo porque él mismo me lo reconoció. Además, hay audios que lo incriminan. Pero yo no estuve en el lugar de los hechos”, aseguró.
Villagra también relató cómo el esquema se descontroló: “Se le fue el tema de las manos. Varios alumnos me dijeron que les seguía pidiendo más plata a pesar de que ya le habían pagado. A pesar de que le dije que parara, nunca me hizo caso”. Su testimonio, junto con pruebas como audios y capturas de chats, fue clave para la Justicia Federal, que investiga a Palavecino por presunto cohecho y falsificación ideológica.
Un audio revelado recientemente intensificó el escándalo. En una conversación telefónica entre Villagra y Palavecino, la exalumna lo confronta: “Todos los docentes cobran. Si no es sexo, es plata. Vos estás al tanto de todo”. En la grabación, el profesor no solo no desmiente las acusaciones, sino que insinúa la participación de otros docentes: “Son mis compañeros, pero si yo abro la boca, sonamos todos. Va a ser una bomba grande, van a caer alumnos, profesores, todos”. Estas palabras han puesto en alerta a los investigadores, que ahora buscan determinar el alcance de la red de corrupción dentro de la Escuela de Enfermería.
La investigación comenzó en noviembre de 2024 tras una denuncia anónima que alertaba sobre docentes que aprobaban exámenes a cambio de “favores”, ya fueran económicos o sexuales. La Fiscalía 2, a cargo de Agustín Chit, tomó el caso y encontró un punto de inflexión cuando Ángel Solorzano, titular de la cátedra investigada, descubrió irregularidades en los exámenes aprobados por su suplente, Ricardo Palavecino. “Había una distorsión entre las notas de los exámenes y las informadas en la cátedra”, explicó Solorzano, quien también halló un pendrive con pruebas contundentes: audios, capturas de chats y registros de transferencias a billeteras virtuales vinculadas al docente acusado.
Hasta el momento, la Justicia procesó a dos personas: Paola Villagra, imputada por cohecho pasivo por su rol como intermediaria, y Cintya Lugones, acusada de cohecho activo tras presuntamente haber pagado por la aprobación de un parcial. La investigación continúa, con la posibilidad de que más docentes y alumnos sean implicados. “El caso está lejos de cerrarse. Los audios y las pruebas digitales sugieren que la red podría ser más amplia de lo que inicialmente se pensó”, señaló una fuente judicial.