Un informe de UNICEF, la agencia de la ONU dedicada a la protección de la niñez, señala que en los primeros cinco meses de 2025 el presupuesto ejecutado para políticas destinadas a niños, niñas y adolescentes en el país alcanzó los $5,4 billones, un incremento real del 15% respecto al mismo período de 2024, superando la inflación. Este aumento, según el documento Análisis del presupuesto 2025 con foco en niños, niñas y adolescentes, liderado por el economista Sebastián Waisgrais, se debe principalmente al fortalecimiento de programas como la Asignación Universal por Hijo y Embarazo (AUH-AUE), que creció un 34%, las asignaciones familiares contributivas (+12%), las pensiones para madres de siete o más hijos (+20%) y el complemento nutricional del Plan 1000 días (+308%).
A pesar de este avance, el informe aclara que los incrementos en 2025 se sustentan en parte en una baja base de comparación, ya que en 2024 el presupuesto para la niñez había caído un 18% en términos reales respecto a 2023, alcanzando $9,25 billones y representando una reducción de 0,24 puntos del PBI. Esta contracción se sumó a las caídas del 17% en 2023 y del 1,8% en 2022, durante la gestión de Alberto Fernández y Cristina Kirchner. Así, el crecimiento actual refleja una recuperación parcial de lo perdido en años anteriores.
En términos de pobreza, Unicef proyecta que en el primer semestre de 2025 la pobreza infantil descenderá al 47,8%, una reducción de casi cinco puntos frente al semestre anterior. Este descenso comenzó a percibirse a fines de 2024, cuando la pobreza monetaria en niños y niñas se redujo al 52,7% (6,4 millones de menores), frente al 58,5% del segundo semestre de 2023. De este grupo, 1,5 millones (12,3%) estaban en situación de indigencia. “Estas cifras marcan una caída significativa si se comparan con el segundo semestre de 2023 (58,5%), así como respecto del pico en el primer semestre de 2024, y devuelven las tasas a niveles similares a los de 2019, antes de la pandemia”, destacaron desde UNICEF.
Políticas favorables
El análisis multidimensional, que combina pobreza por ingresos con privaciones no monetarias, mostró una mejora: el grupo de niños en situación de privación doble (monetaria y no monetaria) pasó del 32,4% en 2023 al 28,6% en 2024. Además, la proporción de menores que no enfrentan ninguna forma de pobreza aumentó del 29,9% al 33,8%. Sin embargo, el 66,2% de los niños, niñas y adolescentes aún vive en hogares con privaciones monetarias o no monetarias, una mejora frente al 70,1% de 2023.
El ajuste fiscal de 2024, que redujo el gasto total de la Administración Pública Nacional en 4,4 puntos del PBI, impactó en los programas de niñez, que pasaron de representar el 9,3% al 10,3% del presupuesto total. “La contracción afectó transversalmente a programas nacionales de los sectores educativo, de salud y de protección de derechos de niños, niñas y adolescentes, tanto por reducciones en los presupuestos como por bajos niveles de ejecución”, señaló UNICEF. Entre los puntos positivos, destacaron el fortalecimiento de la AUH-AUE, con un aumento del 50% en su presupuesto respecto a 2023, y un incremento del 245% en las acciones de nutrición del Plan 1000 días. Sin embargo, las asignaciones familiares contributivas y la Prestación Alimentar cayeron un 17% y un 14% en términos reales, respectivamente, aunque esta última amplió su cobertura en octubre de 2024 para incluir a adolescentes de 15 a 17 años que reciben la AUH.
“Tras una caída real del 18% en el presupuesto nacional destinado a la niñez en 2024 respecto de 2023, lo que implicó una reducción de 0,24 puntos del PIB, durante los primeros cinco meses de 2025 se registra una tendencia positiva, con un aumento real del 15% en relación con el mismo período del año anterior”, afirmó Waisgrais en diálogo con el diario La Nación. Estos datos reflejan un esfuerzo por revertir las caídas previas y un impacto positivo en la reducción de la pobreza infantil, aunque persisten desafíos para garantizar una protección integral de los derechos de los más chicos.