El avance mundial hacia una transición energética sostenible se consolida con el mayor ritmo desde antes de la pandemia, según el Índice de Transición Energética 2025 del Foro Económico Mundial (WEF). Sin embargo, tensiones geopolíticas y falta de inversión amenazan el impulso global. En este contexto, Argentina se posiciona en el puesto 57 de 118 países, mientras Tucumán emerge como un actor clave en la región gracias a su apuesta por el bioetanol, aunque enfrenta obstáculos legislativos y comerciales que frenan su desarrollo.
El Índice de Transición Energética (ETI) del WEF, que evalúa la capacidad de los países para equilibrar seguridad, sostenibilidad y equidad energética, registró un aumento interanual del 1,1%, el más rápido desde los niveles pre-COVID. “El 65% de los países mejoraron y el 28% avanzaron en todas las dimensiones fundamentales: seguridad, sostenibilidad y equidad”, destacó el informe. Suecia, Finlandia, Dinamarca, Noruega y Suiza lideran el ranking, gracias a sus sistemas energéticos diversificados y bajos en carbono. Sin embargo, el WEF advierte que las emisiones globales alcanzaron un récord de 37.800 millones de toneladas en 2024, impulsadas por un aumento del 2,2% en la demanda energética, vinculada a la inteligencia artificial, centros de datos y electrificación.
Roberto Bocca, director del Centro de Energía y Materiales del WEF, subrayó la necesidad de inversión en economías emergentes: “Estamos observando enfoques más holísticos y un progreso visible. Es alentador que el 28% de los países, incluyendo importantes consumidores y productores de energía como Brasil, China, Estados Unidos y Nigeria, hayan avanzado en múltiples dimensiones. Mantener el rumbo requiere una inversión urgente en las economías emergentes de rápido crecimiento”.
Argentina en un lugar intermedio y una provincia con potencial
Nuestro país se ubica en el puesto 57 del ETI, entre Ucrania e Indonesia, y novena en América Latina y el Caribe, donde Brasil y Chile lideran. A pesar de contar con recursos renovables como el viento, el sol y la biomasa, el país enfrenta desafíos como la congestión de redes, precios elevados y cuellos de botella en el suministro, que limitan su capacidad para acelerar la transición. Sin embargo, el sector de los biocombustibles, especialmente el bioetanol, destaca como un pilar para mejorar su desempeño, con Tucumán a la vanguardia.
En la provincia, la producción de bioetanol de caña de azúcar impulsa la economía regional y contribuye a la descarbonización del transporte. Jorge Feijóo, presidente del Centro Azucarero Argentino (CAA), había resaltado su impacto en el Congreso Maizar: “Ha dinamizado el sector sucroalcoholero, especialmente en el NOA, generando ahorros en divisas, mejorando la calidad ambiental y beneficiando la salud pública”. Desde la sanción de la Ley de Biocombustibles en 2006, la producción de alcohol se triplicó, pasando de 208.000 m³ a 582.000 m³, con una inversión de US$533 millones en plantaciones, infraestructura y gestión ambiental.
Feijóo destacó los beneficios económicos y ambientales: “El bioetanol aporta los octanos necesarios a las naftas argentinas, evitando el uso de aditivos importados y contaminantes como el MTBE o el Tolueno”. En los últimos ocho años, evitó importaciones de naftas por US$5.050 millones, fortaleciendo la balanza comercial. Además, el bioetanol de caña, que cubre el 6% de la demanda de naftas, es “el pilar de la sostenibilidad económica y la competitividad de la agroindustria del NOA”.
A la espera de avances locales
El inicio anticipado de la zafra en el Ingenio Cruz Alta, en abril pasado, marcó un punto de inflexión para el sector. En el evento, el ministro de Economía de Tucumán, Daniel Abad, anunció avances en la reglamentación de la Ley 9.766, que promueve el aumento del corte de bioetanol en naftas a nivel provincial: “Venimos haciendo gestiones ante la Nación, tenemos una ley de biocombustibles propia y la estamos reglamentando porque, en el cortísimo plazo, vamos a empezar a mezclar bioetanol con un porcentaje más alto que el autorizado por la Nación”. Esta medida busca superar el límite actual del 12% establecido por la Ley 27.640 y anticiparse al proyecto de la Liga de Provincias Bioenergéticas, que propone un corte del 15% desde 2027.
A pesar de los avances, el sector enfrenta obstáculos. Feijóo alertó sobre el estancamiento del proyecto de ley de biocombustibles en el Congreso, instando a los legisladores a consolidar un marco normativo que impulse el crecimiento sostenible. Jorge Rocchia Ferro, presidente de la Compañía Azucarera Los Balcanes, enfatizó la importancia de los biocombustibles para el futuro del sector: “Es un tema central, porque hoy el futuro de la industria azucarera depende de los biocombustibles. Hay un 6% para la caña de azúcar y un precio que no cumple la fórmula”. Además, pidió apoyo del gobierno nacional para avanzar en una nueva ley federal.