Desde el Movimiento Nacional para la Liberación y el Desarrollo (MNL), que promueve la candidatura a diputado nacional del legislador Javier Noguera, pusieron reparos frente a las negociaciones entre el jaldismo y el kirchnerismo para lograr la unidad del peronismo tucumano de cara a las elecciones legislativas nacionales del 26 de octubre.
Mediante un comunicado, señalaron que la unidad que pudiera gestarse entre los frentes Primero Tucumán, que responde al gobernador Osvaldo Jaldo, y Fuerza Patria, que representa al sector antimileísta, bajo el ala de la expresidenta Cristina Kirchner, “no puede ser fruto de imposiciones”.
En este sentido, los peronistas “díscolos” Enrique Romero, Héctor “Pelao” Argañaraz y Martín Rodríguez, advirtieron que “la unidad necesita de consensos, solidaridad y organización para que tenga futuro, frente a la caterva de malandrines (sic) que rodean a Javier Milei”. Además, señalaron que la administración libertaria, con la que el jaldismo vino sosteniendo una postura dialoguista, “representa el desgobierno con consecuencias devastadoras para el pueblo, con endeudamiento delincuencial, inflación, pobreza, desindustrialización, desempleo, cierre de fábricas y Pymes y un equipo de economistas expertos en especulación y saqueo financiero”.
Frente a ello, desde el MNL pidieron que, de alcanzar una eventual unidad del peronismo local, se tenga en cuenta la opinión de quienes mantienen una postura crítica frente al Gobierno nacional. “La unidad no podrá salir adelante si no se entiende que la democracia conlleva disensos y críticas. Necesitamos un gobierno que entienda que solo tiene un pedazo de la verdad, y que el que conduce persuade, no obliga”, apuntaron, en un mensaje dirigido al gobernador Jaldo.
Luego, aseguraron que “el peronismo surgió de la necesidad del pueblo, de su rebeldía, para ser el instrumento que permitió derrotar al intento más peligroso de la oligarquía de obtener el sometimiento de la dignidad de nuestro pueblo”.
Por último, señalaron que “la Unidad debe ser trascendente a la coyuntura, con una solidaridad resistente a la insidia y una organización capaz de vencer al tiempo, donde todos los intereses estén representados”. Y advirtieron que “si no es así el diálogo iniciado carece de sentido y habrá confrontación de ideas y conductas”.