
Miles de tucumanos quedaron varados este jueves debido al paro de colectivos convocado por la Unión Tranviarios Automotor (UTA), en rechazo a la suspensión de 150 trabajadores dispuesta por empresarios nucleados en AETAT, quienes argumentan que la crisis financiera impide sostener el servicio con normalidad.
La medida de fuerza, que comenzó a las 0 horas de este jueves, alcanza a las líneas urbanas del 1 al 19, aunque con una excepción: la línea 8 decidió no adherirse al paro. Su propietario consideró que “no era necesario romper el diálogo con el Municipio de San Miguel de Tucumán” y dispuso mantener el servicio con normalidad durante toda la jornada.
El conflicto escaló este miércoles tras fracasar una audiencia de conciliación en la Secretaría de Trabajo, donde AETAT ratificó su decisión de suspender rotativamente a los choferes. Los empresarios reclaman que la Municipalidad otorgue subsidios y establezca un mecanismo de pago por kilómetro recorrido, lo que, según el Municipio, implicaría un desembolso mensual de $2.000 millones, una cifra “imposible de afrontar”.
La tensión se profundizó durante la tarde del miércoles, cuando UTA realizó un paro sorpresivo de tres horas, que dejó varados a miles de trabajadores y estudiantes. Además, los sindicalistas movilizaron unidades y sitiaron la sede de la Intendencia, en 9 de Julio y Lavalle, donde fueron recibidos por autoridades municipales.
Tras esa reunión, se acordó avanzar con una mesa de diálogo ampliada este viernes 7 de noviembre, con la presencia de empresarios, el gremio, el Municipio y el Concejo Deliberante.
La secretaria de Gobierno, Camila Giuliano, sostuvo que el conflicto “excede la competencia del Municipio” y remarcó que se trata de un tema “entre privados”. “Le pedimos a la UTA que revise la situación. César González mostró predisposición, porque el viernes está prevista la reunión donde podremos tratar las cuestiones de fondo”, señaló.
No obstante, en asamblea, la UTA ratificó la medida de fuerza. “Las suspensiones afectan cerca del 40% del salario de los trabajadores, y no vamos a permitir que eso ocurra”, afirmó César González, titular del gremio.
El dirigente reiteró su voluntad de diálogo, pero advirtió que la prioridad es defender el ingreso de los choferes y el servicio de los usuarios. “Queremos una solución para los compañeros y para los pasajeros, que son los principales perjudicados”, concluyó.
Mientras tanto, la línea 8 circula con normalidad, brindando una de las pocas alternativas de transporte urbano en una jornada marcada por la paralización casi total del servicio público en la capital tucumana.