En la previa del UFC 316, donde se disputará el título gallo femenino, la figura de Kayla Harrison quedó envuelta en una polémica inesperada. Su rival, Julianna Peña, cuestionó su impresionante físico y deslizó la posibilidad de uso de esteroides, generando un fuerte revuelo. Harrison, doble medallista olímpica en judo y excampeona de la PFL, sorprendió al público por su cambio físico al bajar de peso a 135 libras sin perder masa muscular ni potencia.
Lejos de dejar pasar las declaraciones, Harrison respondió públicamente: “Nunca tomé esteroides. Me han hecho más pruebas que a cualquier atleta en la UFC. Trabajo muy duro, eso es todo”, dijo en declaraciones recogidas por MMA Fighting. También apuntó a su rival: “Lo que dice Peña suena a miedo e inseguridad”. Por su parte, su entrenador Mike Brown sostuvo que Harrison “es una atleta excepcional” con una genética privilegiada, y defendió su historial limpio de dopaje.
Mientras la tensión crece fuera del octágono, Harrison se mostró confiada y lista para responder dentro de la jaula. “Puede decir lo que quiera, pero ahí adentro es donde voy a contestar de verdad”, sentenció. La pelea promete ser explosiva, tanto por lo deportivo como por el clima que la envuelve.