Independiente y Universidad de Chile por la Copa Sudamericana, el club de Avellaneda emitió un comunicado oficial en el que expresó su repudio absoluto a los hechos de violencia que obligaron a suspender el encuentro. La institución calificó lo sucedido como “inadmisible” y responsabilizó a los sectores que iniciaron los disturbios.
Según el comunicado, los incidentes comenzaron en el área asignada a la parcialidad visitante, donde se registraron ataques al sistema de videovigilancia y destrozos en los baños. Posteriormente, los agresores utilizaron los restos de las instalaciones como armas arrojadizas contra los hinchas locales ubicados en la tribuna inferior. Desde el club denunciaron también el uso de pirotecnia y señalaron que la situación se descontroló por completo.
Independiente aseguró haber activado los protocolos de seguridad previstos para este tipo de eventos, en coordinación con las autoridades y la organización del torneo. Además, ofreció asistencia médica a los afectados y se comprometió a colaborar con la investigación judicial. En el mismo texto, el club pidió disculpas a sus socios y reafirmó su compromiso de identificar y sancionar a quienes respondieron con violencia, solicitando la aplicación del derecho de admisión.
Por último, la dirigencia del Rojo anunció que sus representantes viajarán a Paraguay para reunirse con autoridades de Conmebol y abordar las consecuencias deportivas del episodio. En un mensaje directo a su comunidad, el club expresó que “la violencia no forma parte de nuestra identidad” y lamentó que el operativo de seguridad no haya sido suficiente para contener una agresión que puso en riesgo a miles de personas.
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