Los graves hechos de violencia ocurridos en el Libertadores de América, en el marco del duelo entre Independiente y Universidad de Chile por la Copa Sudamericana, impactaron a toda la comunidad del fútbol. El escándalo originó acusaciones cruzadas, y desde Chile responsabilizaron directamente al club de Avellaneda por lo ocurrido.
"La Asociación Nacional de Fútbol Profesional (ANFP) repudia categóricamente los graves hechos de violencia ocurridos en las tribunas del Estadio Libertadores de América – Ricardo Enrique Bochini, que obligaron a cancelar el encuentro entre Independiente y Universidad de Chile, por los octavos de final de la Copa Conmebol Sudamericana", comienza el comunicado difundido por la entidad madre del fútbol chileno.
"Las graves agresiones de parte de los barra brava de Independiente en contra de los hinchas de Universidad de Chile presentes en el estadio ante la pasividad del club organizador del encuentro, exceden todo tipo de límites que deben regir nuestro deporte", sentencia el escrito, que no hace mención a los incidentes que causaron los fanáticos chilenos, motivo por el cual el partido fue suspendido en primera instancia.
"Exigimos a todos los actores competentes, los dirigentes de Independiente y las autoridades argentinas esclarecer cuanto antes estos gravísimos hechos y aplicar las más altas sanciones en contra de quienes resulten responsables", pidieron desde Chile.
Minutos después de los hechos de violencia, el presidente chileno, Gabriel Boric, condenó la situación. "Lo sucedido en Avellaneda entre las hinchadas de Independiente y Universidad de Chile está mal en demasiados sentidos, desde la violencia en las barras hasta la evidente irresponsabilidad en la organización. La justicia deberá determinar los responsables", expresó el mandatario, que mandó al embajador chileno en Argentina, José Viera Gallo, a visitar la Comisaría donde se detuvieron a más de 300 hinchas transandinos, y a los hospitales donde fueron internados los heridos.
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