Más del 60% de los recursos de los argentinos de menores ingresos proviene de pensiones y ayuda social

El Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC) presentó el informe técnico sobre la "Evolución de la distribución del ingreso" correspondiente al tercer trimestre de 2025, donde señaló que el 62,8% de la población percibió algún tipo de ingreso, con un promedio individual de $993.771. Los datos reflejan una disminución de la desigualdad en la comparación interanual, con un Coeficiente de Gini que descendió de 0,435 a 0,431, y una brecha de ingresos entre el decil más alto y el más bajo que se redujo a 13 veces.

Dentro del universo de la población asalariada, que comprende a 9.632.690 personas, el ingreso promedio se ubicó en $961.756. Sin embargo, el informe destaca una marcada disparidad según la condición de formalidad:

• Los asalariados con descuento jubilatorio percibieron un promedio de $1.181.649, lo que representa un incremento interanual del 45,8%.

• En contraste, los trabajadores sin descuento jubilatorio tuvieron un ingreso medio de apenas $571.607, registrando una suba del 70,7% respecto al mismo periodo del año anterior.

Para el total de la población ocupada (que incluye a cuentapropistas y patrones), el ingreso promedio de la ocupación principal fue de $944.855, mientras que la mediana se situó en los $800.000, marcando el límite bajo el cual se encuentra el 50% de las personas ocupadas.

El análisis por estratos de ingreso individual revela una pirámide muy marcada. Mientras que el estrato bajo (deciles 1 a 4) percibió un promedio de $332.944, el estrato alto (deciles9y10) alcanzó los $2.454.275. En lo que respecta a la ocupación principal, el 10% de la población con mayores ingresos (decil 10) promedió los $2.913.838.

La brecha de género persiste como un indicador relevante: los varones percibieron un ingreso promedio de $1.153.171,mientras que el de las mujeres fue de $838.924. Esta diferencia se refleja también en la brecha del ingreso de la ocupación principal, que se calculó en un 29,0% a favor de los varones.

En cuanto a la economía de los hogares, los ingresos laborales representan el motor principal, aportando el 78,2% del total de los recursos, mientras que el 21,8% restante proviene de fuentes no laborales, como jubilaciones, pensiones o ayuda social. Esta proporción varía drásticamente según el nivel socioeconómico: en el decil de menores ingresos, el peso de los recursos no laborales escala hasta el 60,1%, mientras que en el decil más alto representa solo el 12,8%.

Finalmente, el ingreso promedio per cápita familiar para los casi 30 millones de personas que habitan los 31 aglomerados urbanos relevados se situó en $634.451. En términos de dependencia, el informe señala que existen 120 personas no ocupadas por cada 100 ocupadas, una relación que se vuelve mucho más exigente en los sectores más vulnerables, donde la cifra se eleva a 257 no ocupados por cada 100 trabajadores.