Desde el jueves pasado, efectivos de la Policía de Tucumán comenzaron a patrullar las calles de San Miguel y Yerba Buena con pistolas Taser, un armamento de baja letalidad que se incorporó tras una serie de capacitaciones específicas. La medida fue impulsada por el gobernador en coordinación con el Ministerio de Seguridad y la Jefatura de Policía, con el objetivo de reforzar la seguridad pública y minimizar los riesgos durante los procedimientos. “El personal que trabaja las 24 horas en la calle ya cuenta con este nuevo equipamiento”, explicó Carlos Rodríguez, subdirector del Sistema Integrado de Emergencias 911.
La implementación fue cuidadosamente planificada. Jessica Giménez, jefa del Décimo Distrito Urbano, explicó que se seleccionaron a agentes con las capacidades físicas e intelectuales necesarias para la operatividad diaria, quienes hoy realizan recorridos preventivos a pie en Yerba Buena, con énfasis en zonas comerciales, bancarias y gastronómicas. Por su parte, el subcomisario José Díaz, jefe de la Patrulla Motorizada, detalló que los operadores fueron entrenados y certificados por instructores oficiales, y que el protocolo de uso busca causar el menor daño posible mediante la incapacitación neuromuscular del agresor.
La capital tucumana también ya registra presencia de este nuevo armamento. Según indicó el comisario Luis Petre, jefe del Primer Distrito Urbano, las pistolas Taser están activas en puntos clave como las plazas Urquiza, Alberdi, Independencia, Belgrano e Irigoyen, además de zonas muy transitadas como la peatonal, el Corredor Universitario y El Bajo. A su vez, el subcomisario Díaz destacó la incorporación de otro dispositivo no letal: la lanzadora Byrna, que dispara proyectiles plásticos mediante aire comprimido y busca reducir el uso excesivo de la fuerza policial.