"Doce años y todavía no entiendo nada", escribió Jimena Aduriz en su publicación, acompañada por una imagen junto a su hija y otra acariciando la lápida de Ángeles. En sus palabras, la mujer lamentó la ausencia y el paso del tiempo, expresando: "No te tengo hace 12 años, pero estos días tu ataúd pesa más y me permito descansar, llorándote y reviviendo cada pedacito de vida que vivimos juntas. Y te extraño y te amo, porque con una hija no existe el tiempo pasado o no debería existir". El conmovedor posteo concluyó con un "Mañana sigo, mi Mumina. Hoy no. Hasta el cielo de las nubes, te amo, mi amor. Mami", evidenciando el dolor que persiste a pesar de los años.
El trágico hallazgo del cuerpo de Ángeles Rawson ocurrió el martes 11 de junio de 2013, cuando un empleado del Complejo Ambiental Norte 3 del CEAMSE de José León Suárez, en José León Suárez, observó algo extraño en la cinta de residuos. Pensó que era un maniquí, pero al acercarse, se dio cuenta de que eran restos humanos. En ese mismo momento, a kilómetros de distancia en el barrio porteño de Palermo, Jimena Aduriz llevaba 24 horas buscando a su hija de 16 años. Había denunciado su desaparición luego de que la joven no regresara de su clase de gimnasia, y una cámara de seguridad la captó llegando a la puerta de su casa antes de desaparecer.
La intervención judicial en la planta del CEAMSE confirmó que el cuerpo hallado pertenecía a Ángeles. Las pericias posteriores revelaron la brutalidad del crimen. Aunque una primera autopsia sugirió que había muerto por el camión compactador, una segunda junta médica determinó la verdad: Ángeles sufrió un intento de ataque sexual, se resistió y fue estrangulada manualmente hasta la muerte antes de ser arrojada al contenedor de basura. Jorge Néstor Mangeri, el encargado del edificio donde vivía la adolescente, fue condenado a prisión perpetua por el femicidio, en un caso que conmocionó a todo el país y que, doce años después, sigue siendo una herida abierta para su madre.