Donald Trump y Xi Jinping mantuvieron una conversación telefónica este jueves, la primera desde que el mandatario estadounidense inició su segundo mandato, en un intento de retomar el diálogo diplomático en medio de una renovada tensión comercial. Según informó la agencia oficial china Xinhua, el contacto se dio a pedido de la Casa Blanca, aunque desde Washington no se difundieron detalles de la llamada ni se emitieron comentarios oficiales. La charla ocurre en un momento de alta sensibilidad, tras las acusaciones mutuas de que cada país incumplió la tregua arancelaria alcanzada el 12 de mayo.
En los últimos días, Trump había intensificado sus críticas contra China a través de su red social, señalando que alcanzar un acuerdo con Xi era “extremadamente difícil” y acusando al gobierno asiático de “violar totalmente” el pacto de distensión. Desde Pekín, en tanto, el Ministerio de Comercio denunció que la Casa Blanca impuso “medidas restrictivas discriminatorias”, como la revocación de visados a estudiantes chinos, y calificó la política arancelaria de EE.UU. como “proteccionismo” que daña las cadenas globales de suministro. Como parte de esa estrategia, Estados Unidos duplicó esta semana los aranceles al acero y aluminio, aunque eximió a Reino Unido por un acuerdo bilateral previo.
El contacto entre Trump y Xi reaviva la posibilidad de recomponer un vínculo comercial que se ha deteriorado fuertemente. Según datos de la ONU, China continúa siendo el mayor exportador mundial de acero, aunque las exportaciones hacia Estados Unidos representan solo el 1,8% del total. A pesar de ese bajo volumen, el cruce entre las dos principales economías del mundo genera repercusiones en los mercados globales. La conversación entre ambos líderes, aunque breve y sin información detallada hasta el momento, marca un punto de inflexión en una relación bilateral marcada por la competencia económica y las tensiones geopolíticas.