Lebbos contra la Justicia: “Matan con la lapicera y terminan en su casa cobrando millones”

“Este hombre, Carlos Albaca, encubridor del homicidio de Paulina, condenado a la pena máxima por encubrimiento agravado, que son solo seis años, está muy tranquilo en su casa. Sigue encubriendo, porque sigue encubriendo”. Con voz firme y evidencia de una indignación que no cesa con el paso de los años como consecuencia de la injusticia, Alberto Lebbos no concibe que el exfiscal condenado a seis años de cárcel por encubrir el brutal asesinato de su hija, Paulina, siga cumpliendo prisión en la comodidad de su hogar, sin ningún tipo de supervisión.

El referente de la Comisión de Familiares de Víctimas de la Impunidad habló con Tendencia de Noticias sobre esta situación y exigió que de una vez por todas la Justicia deje de mostrarse cómplice con los suyos.

La prisión domiciliaria le fue otorgada a Albaca en noviembre de 2024, apenas unos meses después de haber ingresado al penal de Villa Urquiza. “No estuvo ni cuatro meses preso”, remarcó Lebbos. La jueza Ana María Iácono le concedió ese beneficio con el argumento de que Albaca, de 73 años, tenía un problema ocular que requería cirugía. El arresto domiciliario era por 30 días, pero nunca fue revisado ni prorrogado de forma oficial. “Y aquí vemos claramente que no tiene ningún problema de vista. Se está balconeando, mirando sin ningún obstáculo su celular”, denunció el padre de Paulina, indignado, en alusión a la publicación de Tendencia de Noticias donde el exfiscal fue registrado mientras filmaba una procesión religiosa con su celular, desde el balcón de su casa.

Lebbos consideró que existe en Tucumán una red de impunidad, que incluye una estructura de protección política y judicial, que se activó desde el inicio del caso por el femicidio de Paulina y ha buscado evitar que se conozca la verdad sobre quién la mató.

“Esto que les dan a todos estos tipos que matan más con la lapicera que con un arma. Porque cuando cometen delitos les agarra todo tipo de enfermedades. Pero para delinquir están más sanos que un bebé”, ironizó, sobre la supuesta dolencia de Albaca. Y agregó que el exfiscal no es el único que goza de beneficios para evitar estar tras las rejas. “(Eduardo) Di Lella, el secretario de Seguridad, condenado a seis años, no estuvo ni un día detenido. Hugo Sánchez y Nicolas Barrera, los jefes policiales, también estuvieron un tiempo y después todos a su casa”, subrayó.

La sentencia judicial que en su momento condenó a algunos de estos funcionarios también ordenaba investigar a más de treinta personas, entre ellas al exgobernador José Alperovich, por delitos como encubrimiento, abuso de autoridad y falsos testimonios. Incluso se dictó que se avanzara penalmente contra César Soto y Sergio Kaleñuk, a quienes se apuntaba como responsables directos del homicidio de Paulina. Sin embargo, según Lebbos, nada de eso se cumplió. “La causa contra Kaleñuk y Soto fue elevada a juicio en 2021. Ya pasaron cuatro años y no se hizo el juicio. Los están protegiendo”, aseguró. “Hay 23 expedientes penales que están paralizados hace más de cinco años. No se acata una sentencia de un tribunal superior como es la Sala Penal 3. Nadie recibe sanciones”, agregó.

En su relato, Lebbos dejó en claro que no se ha quedado de brazos cruzados. “Hice notas al contador Osvaldo Jaldo, cuando era presidente de la Legislatura, al ministro fiscal, al obispo Carlos Sánchez. Nadie contesta. Nadie”. Para el padre de Paulina, la libertad de Albaca, sumada a su jubilación millonaria -según sus cálculos, unos $ 5 millones mensuales- es la confirmación de que en Tucumán reina la impunidad. “Este tipo cobra una jubilación que pagamos todos, incluidas las familias de las víctimas. No le hicieron juicio político. No perdió ni un peso. Y sigue encubriendo, porque sigue callando lo que sabe del crimen de Paulina”, arremetió.

Cuando se le preguntó si todavía hay esperanza de que el caso avance, la respuesta de Alberto Lebbos fue contundente: “Sí, hay causas pendientes, hay una sentencia que ordena investigar a muchas personas. Pero nadie quiere mover un dedo. Están todos protegidos”, dijo.

Agregó que lo que más dolor le causa es que todo esto ocurre con total naturalidad, sin ningún tipo de consecuencia para los responsables. “Esta es la muestra más cabal de la impunidad. Un tipo condenado, que debería estar en la cárcel, está en su casa tomando café en el balcón, filmando, conversando con la gente. Y la justicia, ante esta evidencia, no hace absolutamente nada. Estamos en el reino de la impunidad”, razonó.

Alberto Lebbos lleva 18 años peleando por justicia para su hija, víctima de un brutal asesinato, con la devastadora consecuencia de la impunidad para autores y encubridores. Hoy, a casi dos décadas del femicidio que interpeló a lo más alto del poder político en Tucumán, el nombre de Carlos Albaca sigue siendo sinónimo de ese encubrimiento. Y su libertad, para Lebbos, es una herida abierta. “Esto es terrible lo que está ocurriendo. No puede ser que un tipo como Albaca esté libre, sin control, cobrando del Estado y burlándose de todos. Así estamos. Y por eso los delitos no paran en esta provincia”, concluyó.