En medio del conflicto entre Irán e Israel, el cardiólogo argentino Gabriel Rosenstein brindó un crudo testimonio sobre el ataque que sufrió el hospital Soroka, el centro médico más importante del sur israelí.
“Los daños son muy graves y el hospital quedó prácticamente paralizado”, relató a TN.
El profesional se dirigía a trabajar cuando sonó la alerta de ataque y debió refugiarse bajo un puente antes de oír las explosiones que confirmaban el impacto directo en el edificio.
Al llegar al lugar, Rosenstein encontró un panorama desolador: estructuras destruidas, llamas y pacientes evacuados.
“Fue un misil de una tonelada. Algunos quirófanos especiales quedaron operativos, pero solo para emergencias. El hospital ya no puede responder como antes”, explicó.
Afortunadamente, no hubo víctimas fatales gracias a una evacuación previa, pero la atención general quedó suspendida y los pacientes fueron derivados a otros centros. “Esto nos deja con muy pocas posibilidades de ayudar a quienes lo necesitan acá”, lamentó.
El médico también cuestionó el objetivo del ataque: “Beerseba no tiene bases militares. Es una ciudad civil, con mayoría musulmana. Están atacando a la población, no a objetivos estratégicos”, denunció.
En tanto, el primer ministro Benjamin Netanyahu y el ministro de Defensa, Israel Katz, prometieron represalias contra Irán y responsabilizaron directamente al líder supremo Ali Jamenei. “Dispararon deliberadamente contra hospitales y residencias. Esto es un crimen de guerra”, sostuvo Katz, y adelantó una intensificación de ataques contra infraestructura estratégica iraní.