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EXPERTOS ANALIZAN LA SALUD FEMENINA EN LA MENOSPAUSIA

Menopausia y salud integral: un nuevo enfoque médico hacia la longevidad femenina

Médicos y expertos destacaron la importancia de un enfoque integral y preventivo durante la menopausia y la postmenopausia, con atención sostenida, educación y políticas públicas que promuevan la longevidad saludable de las mujeres.

PorTendencia de noticias
20 oct, 2025 03:19 p. m. Actualizado: 20 oct, 2025 03:19 p. m. AR
Menopausia y salud integral: un nuevo enfoque médico hacia la longevidad femenina

El abordaje integral de la salud de la mujer durante el climaterio, la menopausia y la postmenopausia representa un desafío sanitario, ya que esta etapa puede extenderse hasta tres décadas y determina la calidad de vida y la salud general en la adultez mayor. Los especialistas coinciden en que los cambios hormonales afectan múltiples sistemas del organismo y requieren seguimiento médico sostenido y estrategias preventivas adaptadas a cada paciente, difundió Noticias Argentinas.


Durante un encuentro organizado por la iniciativa Mujeres Salud Integral (MSI), especialistas nacionales e internacionales analizaron los desafíos asociados a la longevidad saludable en la mujer. El evento se centró en las particularidades de la salud femenina en la etapa posreproductiva, destacando la prevención, el diagnóstico temprano de enfermedades crónicas y la promoción de hábitos saludables.


El ginecólogo Pablo Carpintero (M.N. 94.665), expresidente de la Asociación Argentina para el Estudio del Climaterio (AAPEC) y miembro de la International Menopause Society (IMS), explicó que la atención durante el climaterio debe basarse en la prevención y el diagnóstico temprano de enfermedades crónicas. Además, señaló que la reducción de estrógenos y progesterona influye en la salud ósea, cardiovascular, metabólica, cerebral y sexual, por lo que el control clínico periódico y la adopción de hábitos saludables son esenciales para garantizar una longevidad saludable.


Los estudios epidemiológicos muestran que, aunque las mujeres presentan mayor expectativa de vida que los hombres, un 25% de esos años se transitan con enfermedades crónicas o discapacidades. La transición menopáusica marca un punto de inflexión, con aumento del riesgo de patologías cardiovasculares, osteoporosis, alteraciones metabólicas y deterioro cognitivo, lo que refuerza la necesidad de un enfoque interdisciplinario.


Carpintero subrayó que la prolongación de la vida no siempre se traduce en mejores condiciones de salud y destacó que muchas mujeres combinan empleo y cuidado familiar, lo que puede repercutir en su bienestar físico y mental. La detección temprana de factores de riesgo y la educación de la paciente resultan claves para reducir la morbilidad asociada a esta etapa de la vida.


Factores de riesgo y enfermedades frecuentes


Entre los factores de riesgo más comunes en mujeres mayores de 45 años, Carpintero mencionó la obesidad, la hipertensión y la diabetes. Según sus datos, la prevalencia de obesidad aumentó del 54% al 66% en los últimos 15 años y podría alcanzar el 80% en los próximos. Este incremento eleva la incidencia de infartos, accidentes cerebrovasculares y deterioro cognitivo.


Otro problema relevante es la fragilidad ósea. Carpintero advirtió que, en mujeres mayores de 65 años, un 40% no recupera la movilidad completa tras una fractura y un 20% fallece dentro del año siguiente al evento. La detección temprana, el tratamiento farmacológico y las medidas de seguridad domiciliaria son estrategias efectivas para prevenir complicaciones y preservar la funcionalidad.


Las doctoras Verónica Crosa y Claudia Rey, también disertantes en el encuentro, coincidieron en que la longevidad saludable requiere un enfoque interdisciplinario que contemple dimensiones biológicas, psicológicas y sociales.


El envejecimiento poblacional plantea nuevos retos para los sistemas sanitarios, ya que se estima que para 2050 el 30% de la población mundial tendrá más de 60 años, siendo las mujeres el grupo más afectado. Carpintero explicó que, en muchos casos, el aumento de la expectativa de vida se asocia con más años convividos con enfermedades crónicas, lo que genera impacto social y económico.


El endocrinólogo y neurocientífico Andrea Genazzani, referente mundial en endocrinología ginecológica y neuroendocrinología, abordó la función de los estrógenos en la regulación cerebral y la neuroprotección. Explicó que el cerebro no solo responde a las hormonas, sino que también produce esteroides que regulan neurotransmisores y neurotrofinas, elementos vinculados con la plasticidad y la supervivencia neuronal.


Genazzani destacó que la terapia hormonal durante la transición menopáusica puede contribuir a preservar funciones cognitivas y emocionales, siempre bajo indicación médica personalizada, y recomendó medidas no farmacológicas como la actividad física regular, la reducción del consumo calórico, una alimentación basada en alimentos frescos y legumbres, y la limitación de productos ultraprocesados.


El especialista italiano también enfatizó la importancia de la educación médica continua y de una comunicación clara entre profesionales y pacientes. Propuso que el seguimiento clínico incluya objetivos concretos y metas verificables, especialmente en relación con el peso corporal, la densidad ósea y los parámetros metabólicos.


Asimismo, remarcó la necesidad de adaptar las políticas públicas a los cambios demográficos, con programas que integren la prevención primaria y secundaria de las enfermedades asociadas al envejecimiento femenino, garantizando que las estrategias de salud respondan a las necesidades reales de las mujeres en esta etapa de la vida.


Carpintero consideró que la menopausia debe verse como una oportunidad para intervenir en la prevención, mientras que Genazzani resaltó que el seguimiento clínico individualizado permite evaluar la efectividad de las intervenciones y preservar la salud funcional de la mujer. Ambas posturas refuerzan la importancia de políticas públicas y programas de salud que integren prevención, educación y atención médica especializada.


El apoyo social y familiar también resulta fundamental. Las responsabilidades de cuidado y las demandas laborales pueden afectar la salud física y mental. Políticas públicas que integren servicios de salud con programas comunitarios pueden contribuir a reducir el impacto de estas cargas y mejorar la calidad de vida de las mujeres.

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