EN PLENO PROCESO: LAS CAJAS SELLADAS QUE PARTIARÁN A ROMA
Este jueves por la mañana, la Iglesia de Tucumán vivió una jornada de profunda significación con la clausura del proceso diocesano de la causa de beatificación del Siervo de Dios, Padre Martín Martín Martín-Tereso. La ceremonia tuvo lugar en el Seminario Mayor y fue presidida por el Arzobispo de Tucumán, Mons. Carlos Sánchez. Fieles de la Parroquia de Ntra. Sra. de Montserrat, donde desarrolló su ministerio sacerdotal como vicario parroquial durante los últimos diecinueve años de su vida, sacerdotes y autoridades eclesiásticas se congregaron con emoción y recogimiento para acompañar este momento trascendental.
La jornada continuó con una misa de acción de gracias celebrada en la Iglesia Catedral, donde se recordó el legado espiritual y pastoral del Padre Martín, y se agradeció a Dios por el testimonio de su vida entregada al servicio de los demás.
Una etapa que culmina, un camino que continúa
La ceremonia marcó el cierre de la fase diocesana del proceso de beatificación, iniciada en octubre de 2022. Durante este tiempo se realizó un minucioso trabajo de recopilación documental, análisis histórico y recolección de más de cincuenta testimonios de personas que conocieron al sacerdote tanto en Argentina como en España.
Como parte del acto, se sellaron y lacraron las cajas que contienen el expediente completo (documentos, declaraciones y pruebas), que será enviado al Dicasterio para las Causas de los Santos en Roma. De esta manera, se da inicio a la siguiente etapa: la fase romana.
"Evangelizaba con su sola presencia"
Antes del acto, el arzobispo Carlos Sánchez expresó a Tendencia de Noticias el significado espiritual de esta clausura. “Es un momento especialísimo. Es una alegría para nosotros cerrar esta fase diocesana del proceso. El Padre Martín ha sido un signo muy especial del amor de Dios para nuestra Iglesia. Su presencia, su cercanía, su humildad nos siguen sirviendo de ejemplo. Fue un hombre profundamente evangélico, un sacerdote que vivió la fe, la esperanza y la caridad de forma heroica”.
Mons. Sánchez evocó además una imagen entrañable del sacerdote, muy presente en la memoria popular, “así como el Cura Brochero iba en mula, el Padre Martín recorría los caminos en bicicleta, con su sotana, los óleos en el bolsillo y la Eucaristía para los enfermos. Evangelizaba con su sola presencia”.
El padre Carlos Comendador, postulador general de la Hermandad de Sacerdotes Operarios Diocesanos y responsable de presentar el expediente en Roma, también compartió sus impresiones. “En 2018 vine a Tucumán por primera vez y ya encontré una fama de santidad viva. No eran sólo palabras. Había testigos, historias, gestos que daban cuenta de una vida entregada a Dios. El pueblo decía que fue un santo en vida, y eso motivó que solicitáramos formalmente el inicio de esta causa”. El comendador subrayó que la santidad del Padre Martín se manifestaba en lo cotidiano. “No se trató de hechos extraordinarios, sino de actitudes profundas. Su misericordia, su cercanía con los que sufrían, su entrega a los enfermos y a los más necesitados. No fue un hombre de milagros visibles, sino de una vida evangélica radical. Y eso es lo que verdaderamente santifica”.
También estuvo presente el padre Marcelo Lorca, vicepostulador de la causa, quien compartió con emoción diversas características del Siervo de Dios que lo convirtieron en un referente de fe.
Una causa que nace del pueblo
Este proceso podría llevar a que el Padre Martín Martín Martín-Tereso se convierta en el primer Venerable promovido desde la provincia de Tucumán, un hecho sin precedentes en la historia local. El respaldo fervoroso y constante de la comunidad a lo largo del proceso refleja la hondura espiritual de su legado.
En palabras de Mons. Sánchez: “Este proceso nos enseña que la santidad no está reservada a los altares lejanos. Está cerca. Está en la bicicleta, en la sotana polvorienta, en los bolsillos con óleo y hostias, en la vida entregada al servicio de los demás”.
¿Qué sigue ahora?
La causa de beatificación y canonización atraviesa varias etapas canónicas definidas por la Iglesia. Concluida la fase diocesana, comienza la evaluación en Roma, que incluye:
Revisión formal del expediente: El Dicasterio verifica la validez jurídica y metodológica de todo el proceso realizado en la diócesis.
Nombramiento de un relator: Se designa un relator que, junto con el postulador, elaborará la Positio, un documento que sintetiza la vida y virtudes heroicas del Siervo de Dios.
Consulta teológica y votación: Un grupo de teólogos analiza la Positio y emite un dictamen sobre la santidad del candidato.
Declaración de Venerable: Si el Papa aprueba dicho dictamen, se declara que el Siervo de Dios vivió las virtudes cristianas de forma heroica.
Milagro y beatificación: Se requiere la comprobación de un milagro atribuido a su intercesión para avanzar hacia la beatificación.
Canonización: Un segundo milagro, posterior a la beatificación, es necesario para proclamarlo santo.
Con esperanza y gratitud, la Iglesia de Tucumán cierra una etapa y abre otra, mientras reza y aguarda con fe la continuidad del proceso en Roma. La semilla de santidad sembrada por el Padre Martín sigue dando frutos en los corazones de quienes lo conocieron y lo recuerdan como un verdadero hombre de Dios.
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