China aprobó por primera vez en la historia la importación de harina de soja procesada en Argentina, en una operación que implicó un largo proceso de negociaciones bilaterales, auditorías técnicas y adecuaciones sanitarias. El envío fue parte de una compra piloto con fines de verificación de calidad y representa un hito para el agroindustrial argentino, que por más de dos décadas sólo había exportado poroto de soja sin procesar al mercado asiático.
El cargamento, despachado desde el Gran Rosario hacia China, fue acordado con una empresa aceitera nacional y aprobado bajo estrictos requisitos de inocuidad, trazabilidad y estándares microbiológicos exigidos por las autoridades del país asiático. El Ministerio de Agricultura y el SENASA participaron activamente en todas las etapas del proceso, que comenzó en 2017 y se consolidó con una auditoría clave realizada a fines de 2023.
Representantes del sector agroindustrial argentino celebraron la operación como un hecho “altamente relevante” y destacaron que la apertura del mercado chino para subproductos de soja podría derivar en exportaciones regulares a gran escala, con fuerte impacto económico. Además, remarcaron que la decisión de China ocurre en un contexto de tensiones comerciales con Estados Unidos, lo que podría abrir nuevas oportunidades para la Argentina como proveedor estratégico de proteína vegetal.