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CELEBRACIÓN MULTITUDINARIA

La Plaza Independencia se colmó de fe y amor por el Santísimo en la celebración de Corpus Christi

Bajo el lema “Con Jesús Eucaristía, peregrinos de esperanza”, la Arquidiócesis celebró una misa encabezada por el arzobispo Carlos Sánchez. Hubo procesión, nuevos ministros de la comunión y un fuerte mensaje social.

Por Tendencia de noticias

22 jun, 2025 11:27 p.m. Actualizado: 23 jun, 2025 12:28 a.m. AR
La Plaza Independencia se colmó de fe y amor por el Santísimo en la celebración de Corpus Christi

Corpus Christi: miles de fieles colmaron el centro tucumano con fe y esperanza. Foto: Sergio Olea

La Plaza Independencia se transformó esta tarde en un verdadero altar a cielo abierto, donde una multitud de fieles vivió una jornada marcada por la fe, el amor al Santísimo Sacramento y el espíritu comunitario. Bajo el lema “Con Jesús Eucaristía, peregrinos de esperanza”, la Arquidiócesis de Tucumán celebró la solemnidad de Corpus Christi, con una misa central presidida por el arzobispo Carlos Sánchez, acompañado por todo el clero diocesano.


El altar estuvo montado sobre las puertas de la Iglesia Catedral, dando un marco imponente a la celebración que reunió a miles de personas provenientes de distintas comunidades parroquiales, movimientos y grupos eclesiales. Al pie del altar, la imagen de Nuestra Señora de La Merced, patrona principal de la Arquidiócesis, custodió la ceremonia como signo de esperanza y protección espiritual para el pueblo tucumano.


En su homilía, monseñor Sánchez ofreció un mensaje cargado de sensibilidad pastoral y claridad evangélica. Habló de una Iglesia que camina con su pueblo y se hace cargo de las heridas sociales: “Hay muchos tucumanos que hoy necesitan el pan de la esperanza, el pan del consuelo, de la alegría, de la dignidad”. Y agregó: “Jesús nos repite: ‘Denles de comer ustedes mismos’. Él quiere contar con nuestra pobreza y nuestros límites para llegar a todos”.


El arzobispo remarcó que la Eucaristía no solo es un acto litúrgico, sino un envío: una invitación a vivir como comunidad de fe, esperanza y caridad, al servicio del prójimo, especialmente de los que sufren. “Somos los peregrinos que necesitamos ser curados y aliviados, necesitamos la luz de la esperanza en medio de tanta oscuridad”, afirmó, haciendo eco del lema de la jornada.



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Un momento especialmente significativo se vivió después de la homilía y antes de la procesión del Santísimo, cuando el arzobispo instituyó a los nuevos ministros extraordinarios de la Comunión, quienes serán enviados a llevar el Cuerpo de Cristo a los enfermos y a quienes no pueden participar de la misa. En un clima de recogimiento, fueron bendecidos y enviados como signos concretos de la presencia de Jesús en medio de su pueblo, especialmente de los más frágiles.


Entre las autoridades presentes, se destacaron la Fiscal de Estado, Gilda Pedicone de Valls, el ministro de Salud, Luis Medina Ruiz, y la ministra de Educación, Susana Montaldo. Sin embargo, fue notoria la ausencia de las principales autoridades provinciales, como el gobernador Osvaldo Jaldo, el vicegobernador Miguel Acevedo y la intendenta Rossana Chahla, cuya no participación no pasó desapercibida entre los fieles.


La celebración concluyó con la solemne procesión del Santísimo Sacramento, por las calles del centro tucumano, entre cánticos, oraciones y un profundo silencio reverente. El recorrido estuvo acompañado por la banda de música del Batallón de Don Bosco, que aportó solemnidad y emoción a un momento central en la tradición litúrgica y popular.


Durante la misa, monseñor Sánchez también recordó que la celebración se da en el marco del Año Jubilar de la Esperanza, afirmando que “estamos llamados a ser signos tangibles de esperanza para tantos hermanos y hermanas que viven en condiciones de angustia y desesperación”. Agradeció de forma especial a los sacerdotes, ministros de la caridad y agentes pastorales “que con su servicio cotidiano hacen visible el amor de Dios”.


Que María, mujer eucarística, nos acompañe con su ternura maternal”, pidió el arzobispo al finalizar, confiando a la Virgen el caminar de una Iglesia que quiere ser cada día más fraterna, servidora y misericordiosa.


La celebración de Corpus Christi no fue solo una expresión de religiosidad popular, sino un testimonio de una fe viva, encarnada en las calles, que proclama que Jesús camina con su pueblo como pan partido, esperanza compartida y amor en acción. Una tarde en la que, una vez más, el pueblo tucumano salió al encuentro del Señor, como verdaderos peregrinos de esperanza.


Fotos de Galería: Ministerio de Salud Tucumán.-

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