publicidad

NOMOFOBIA

Adicción al celular: el 90% de los tucumanos accede a un dispositivo, el impacto en la vida cotidiana y las recomendaciones del SIPROSA

Un reciente estudio revela que el 62% de los argentinos considera que utiliza el teléfono móvil en exceso. Juan Simón Zelaya Conti, jefe del Departamento de Adicciones de la Dirección General de Salud Mental de la Provincia, advierte sobre los riesgos de la nomofobia, como insomnio, ansiedad y aislamiento social, y ofrece consejos para mitigar esta dependencia.

Por Tendencia de noticias

07 jun, 2025 06:45 p.m. Actualizado: 07 jun, 2025 06:45 p.m. AR
Adicción al celular: el 90% de los tucumanos accede a un dispositivo, el impacto en la vida cotidiana y las recomendaciones del SIPROSA

La nomofobia, el miedo irracional a estar desconectado del celular, se ha convertido en una preocupación creciente en Argentina, donde el 62% de la población admite un uso excesivo de sus smartphones, según un reciente estudio de Nomophobia.com. Este fenómeno refleja cómo los dispositivos móviles han pasado de ser herramientas a elementos centrales de la vida cotidiana, con impactos significativos en la salud mental, física y las relaciones interpersonales.


El informe señala que en Argentina, el 76% de la población posee al menos un teléfono móvil, y el 61% lo revisa constantemente a lo largo del día, incluso sin recibir notificaciones. Estas conductas, cada vez más arraigadas, han llevado a que el 28% de los argentinos utilice el celular durante reuniones laborales, el 19% mientras conduce –poniendo en riesgo la seguridad vial– y un sorprendente 5% durante momentos íntimos, evidenciando la intrusión de esta adicción en las relaciones personales.


En lo que respecta a la población de 4 años y más en hogares de nuestra Provincia que cuentan con acceso a un teléfono celular, el INDEC señaló que este nivel llega al 89,1% (791.000 personas).


Adicción al celular: el 90% de los tucumanos accede a un dispositivo, el impacto en la vida cotidiana y las recomendaciones del SIPROSA

El doctor Juan Simón Zelaya Conti, jefe del Departamento de Adicciones de la Dirección General de Salud Mental de Tucumán (SIPROSA), explicó que la nomofobia forma parte de un “circuito de dependencia a las nuevas tecnologías”, junto con otras adicciones como la ludopatía y el pantallismo. “Estas patologías producen en el paciente insomnio o despertares nocturnos para chequear el dispositivo, ansiedad, depresión, adicción al aparato, angustia, entre otras manifestaciones”, afirmó. Además, señaló que en casos extremos, los síntomas pueden incluir “dolor de pecho, respiración agitada, sudoración y/o algún tipo de mareo”, afectando especialmente a personas perfeccionistas con baja autoestima e inseguridad, quienes buscan estar permanentemente informadas de su entorno.


El impacto en la salud es innegable: el 57% de los argentinos asocia el uso excesivo del celular con insomnio, el 56% con ojos secos y el 55% con dolores de espalda y cuello. Además, cuatro de cada diez encuestados consideran que esta dependencia puede derivar en aislamiento social y el descuido de familiares y amigos. “Es común escuchar especialmente entre los jóvenes ‘me clavan el visto’ y eso produce una angustia cuando no reciben contestación inmediatamente”, destacó Zelaya Conti, subrayando cómo la expectativa de respuestas inmediatas intensifica la ansiedad.


Consejos


Para abordar esta problemática, el especialista tucumano ofreció una serie de recomendaciones prácticas, siempre bajo la supervisión de un profesional de la salud. “Debemos reducir al mínimo las alertas esas permanentes que tenemos de todas las aplicaciones, para que no estemos pendientes. Eliminar esa cantidad de aplicaciones que uno va bajando es una forma también de no estar permanentemente alerta al celular, no utilizarlo como despertador, directamente apagarlo, retirarlo de la habitación donde nosotros dormimos y colocar un despertador de los viejos a pila o a batería para que nos despierte”, aconsejó. También sugirió realizar actividades como caminatas o trekking sin el dispositivo, para “aprender a despojarnos del mismo”.


En el caso de los niños, Zelaya Conti enfatizó la importancia de postergar el acceso a smartphones hasta los 12 años, para prevenir el “multitasking” y la dispersión que genera la conexión simultánea a múltiples pantallas. “No es conveniente el pantallismo en los niños, por eso es muy importante la responsabilidad de los padres, que no sea el regalo de los ocho o nueve años un smartphone. El chico puede usar el celular de los padres para jugar, pero debe tener un tiempo acotado, convenido entre padres e hijos, lo mismo que a la noche, al dormir el celular se debe apagar en conjunto con el niño y guardarse y cargarse por separado, no al lado de él”, recomendó.


publicidad

Más de tendencias

publicidad