Los senadores por Tucumán Juan Manzur y Sandra Mendoza, alineados con el kirchnerismo, aún no han renunciado al aumento de sus dietas, que elevó los ingresos de los legisladores a $9,5 millones. En contraste, la senadora Beatriz Ávila, hoy cercana al gobernador Osvaldo Jaldo, decidió no percibir el incremento dispuesto, según confirmaron fuentes del Senado.
La controversia por el ajuste en las dietas parlamentarias divide a la Cámara alta. Mientras senadores de La Libertad Avanza y el Pro comunicaron su decisión de mantener sus ingresos sin el aumento, figuras prominentes del kirchnerismo, como Eduardo Wado de Pedro, Juliana Di Tullio, Oscar Parrilli y Alicia Kirchner, optaron por conservar el incremento, al menos entre quienes respondieron a la consulta del Senado.
El debate se intensificó tras la resolución de la vicepresidenta Victoria Villarruel, quien, mediante un decreto, permitió a los senadores renunciar voluntariamente al aumento a través una nota dirigida a la Presidencia de la Cámara. Esta medida generó tensiones, con algunos legisladores acusando a Villarruel de politizar el tema. “Decía que no podía congelar las dietas porque era una decisión que había votado el pleno del cuerpo en el recinto, pero resulta que ahora saca un decreto dándonos la opción de renunciar a los aumentos”, criticó una senadora radical que suele respaldar al Gobierno, indicó el diario La Nación. “Al final teníamos razón cuando pedimos el año pasado renunciar al aumento y nos dijeron que no”, añadió.
En respuesta, un grupo de senadores impulsó un proyecto de resolución para donar el excedente de los incrementos no percibidos a la Fundación del Hospital Garrahan, incluyendo tanto los aumentos ya otorgados como los que se acuerden en futuras paritarias hasta fin de 2025. La iniciativa, liderada por la neuquina Lucila Crexell y respaldada por Juan Carlos Romero (Salta), Alejandra Vigo (Córdoba), Carlos Espínola (Corrientes) y Edith Terenzi (Chubut), busca evitar que Villarruel disponga libremente de esos fondos. “No queremos que Villarruel se quede con ese excedente presupuestario para usarlo a su antojo”, expresó un legislador afín al proyecto, aunque señaló que preferiría elegir otras organizaciones para las donaciones.
El proyecto, promovido mayormente por el interbloque Las Provincias Unidas, aliados del Gobierno, establece que el 3,9% correspondiente a los incrementos de marzo, abril y mayo, junto con futuros aumentos, se destine a la Fundación Garrahan para adquirir insumos y equipamiento. Sin embargo, no todos los firmantes renunciaron al aumento: Romero declinó el incremento, mientras Crexell lo mantuvo.
Decisión y destino
La polémica resurgió hace dos semanas tras un acuerdo paritario que otorgó un aumento retroactivo del 3,9% a los empleados legislativos, trasladado automáticamente a las dietas de los senadores, que desde abril de 2024 se calculan en 4000 módulos. Esto elevó los ingresos brutos de los legisladores de $9,1 a $9,5 millones. Villarruel, en medio de críticas en redes sociales, habilitó la renuncia a los aumentos hasta este viernes, aclarando que quienes opten por no percibirlos también declinarán los incrementos hasta diciembre.
El malestar con la vicepresidenta también se siente en el bloque de La Libertad Avanza, donde algunos legisladores planean proponer donar los fondos no percibidos a entidades de bien público, evitando que Villarruel los destine a otros fines, como nuevos nombramientos en el Senado. Desde el entorno de la vicepresidenta, defendieron la medida, argumentando que busca descomprimir las críticas que recaen sobre ella por una decisión previa de la Cámara en la que no participó.
Hasta el momento, cerca de 37 senadores (sobre un total de 64) han optado por no recibir el aumento, siguiendo el mecanismo establecido por el decreto de Villarruel, mientras el debate sobre las dietas continúa generando fricciones en el Senado.