Boca Juniors cerró su participación en el Grupo C del Mundial de Clubes con una actuación decepcionante: empató 1-1 frente a Auckland City y quedó eliminado del certamen. El conjunto dirigido por Miguel Ángel Russo se puso en ventaja tras un desafortunado gol en contra del arquero neozelandés Nathan Garrow, pero en el complemento, el jugador semiprofesional (su profesión es maestro de secundaria) Christian Gray igualó de cabeza para los oceánicos. El resultado, sumado a la victoria de Benfica sobre Bayern Múnich, dejó al Xeneize sin chances de avanzar.
El equipo argentino, que había mostrado buenas señales ante Benfica y Bayern, necesitaba golear al débil Auckland y esperar un triunfo de los alemanes, pero nada de eso ocurrió. Encima, el partido en Nashville fue detenido por una alerta meteorológica cuando el marcador estaba igualado y ya se conocía la eliminación del conjunto argentino. Pese a los intentos, Boca no logró volver a marcar y el arquero rival se lució con varias atajadas claves.
La eliminación fue un golpe duro para el Xeneize, que dominó gran parte del primer tiempo y estuvo cerca de ampliar la ventaja antes del descanso, pero chocó con el travesaño y la figura de Garrow. En el segundo tiempo, Auckland aprovechó una jugada aislada para marcar su único tanto del torneo, y Boca no encontró respuestas. Russo lamentó la situación climática y la falta de eficacia: “Hasta el empate, el partido era completamente nuestro”. De esta manera, Boca vuelve al punto de partida que tuvo en este Mundial de Clubes, haciendo añicos todo lo positivo que había demostrado ante los europeos de Benfica y Bayern Munich.
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