La dura caída de Inter de Milán frente a Fluminense por 2 a 0 en los octavos de final del Mundial de Clubes encendió una tormenta interna. Tras el encuentro en Charlotte, Lautaro Martínez, capitán del equipo, apuntó contra ciertos compañeros por su falta de entrega. "Hay que querer estar acá", soltó el delantero argentino con tono tajante, evitando dar nombres, pero dejando un mensaje directo: quien no esté comprometido, no tiene lugar.
Las declaraciones no tardaron en generar revuelo. Desde la dirigencia, Giuseppe Marotta deslizó que los dichos de Lautaro estaban dirigidos a Hakan Calhanoglu, mediocampista turco que no jugó por lesión. A las pocas horas, la esposa del jugador publicó un mensaje con fuertes insinuaciones en redes sociales, y finalmente el propio Calhanoglu rompió el silencio con un extenso descargo, aclarando su situación física y defendiendo su compromiso con el club.
El mediocampista lamentó las críticas recibidas y dijo sentirse dolido por los comentarios tras la derrota. “Nunca traicioné esta camiseta”, escribió. Además, aseguró que eligió quedarse en el Inter pese a tener ofertas importantes y remarcó que el verdadero liderazgo se muestra acompañando, no señalando culpables. La interna, expuesta públicamente, deja al club en un momento delicado, luego de una temporada sin títulos y con tensiones a flor de piel.
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