La inesperada renuncia de Luca de Meo como CEO del Grupo Renault, confirmada tras las 24 Horas de Le Mans y en pleno Gran Premio de Canadá, deja un vacío importante en la estructura de Alpine, la escudería de Fórmula 1 que nació justamente bajo su liderazgo en 2021. De Meo fue clave en la transformación de Renault con su “Renaulution”, revitalizando la marca Alpine tanto en las pistas como en la imagen global del grupo. Su salida, efectiva desde julio de 2025, genera interrogantes sobre la continuidad de ese proyecto deportivo.
En la Fórmula 1, Alpine no logró grandes resultados deportivos en estos años —más allá del triunfo de Esteban Ocon en Hungría 2021— y ha atravesado numerosos cambios dirigenciales. La llegada de Flavio Briatore y la decisión de dejar de fabricar motores propios desde 2026 ya indicaban un giro fuerte en la estrategia del equipo. Ahora, sin De Meo al mando del grupo matriz, esa incertidumbre se amplifica, y se pone en duda el rumbo competitivo que tomará Alpine en los próximos años.
Esta situación también impacta en figuras emergentes como Franco Colapinto, quien recientemente fue anunciado como piloto de Alpine. El argentino, que representa una apuesta de futuro para la escudería, podría verse afectado si el nuevo liderazgo decide replantear el programa de jóvenes talentos o reestructurar la inversión en el equipo de F1. Sin De Meo, principal impulsor del proyecto Alpine como marca deportiva, el camino de Colapinto en la máxima categoría podría volverse más complejo.
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