Diego Cabot no tiene dudas. El peronismo sigue encolumnado detrás de la figura de la expresidenta Cristina Kirchner porque, pese a estar presa y condenada en una causa por corrupción, todavía “no hay un valiente que se le anime”. Además, el periodista del diario La Nación y artífice de la investigación que sacó a la luz el caso de los Cuadernos, consideró que en esa causa también habrá una condena contra la expresidenta y los empresarios involucrados en maniobras de corrupción relacionadas con la obra pública: la misma matriz de todas las causas que tienen involucrados a referentes del kirchnerismo.
De visita en Tucumán, Cabot participó esta semana en la Universidad San Pablo-T del ciclo FOPEA Entrena 2025, que contó con el patrocinio de Google.
El periodista de investigación y Cecilia Bazán, entrenadora certificada de Google News Inicative, compartieron herramientas y buenas prácticas para fortalecer las investigaciones periodísticas.
En una entrevista exclusiva que brindó a Tendencia de Noticias, Cabot también se refirió al rol del periodismo como protagonista directo y un ariete social contra la corrupción en el Estao.
El diálogo fue como sigue a continuación:
-¿Cuál es el impacto político real que puede generar esta primera condena contra Cristina Kirchner?
-Obviamente que consecuencias políticas ya tuvo, las tiene y va a tener a futuro, porque la política en los últimos 20 años se ordenó en base a dos líderes, que fueron Cristina Kirchner y Mauricio Macri. Con Macri hoy en baja y con Javier Milei expresando lo que antes representaba el líder del PRO, se está dando un nuevo ordenamiento político; pero Cristina seguía siendo la cabeza de un sector muy grande de la política argentina antes de esta decisión judicial. Con Cristina fuera de competencia después de tantos años irremediablemente eso va a generar consecuencias. La primera consecuencia, sin duda, es adentro del peronismo, que no creo que acepte ser manejado por una dirigente con tobillera, que no puede salir a la calle y que no puede hacer más que estas arengas desde su balcón. El peronismo va a querer ser gobierno dentro de 2 años y para ser gobierno tiene que tener un candidato posible.
-¿Significa el fin del kirchnerismo o algo que puede fortalecerlo?
-Para el kirchnerismo es un golpe muy grande, porque el sector no tiene ni tuvo otro referente que no sea Cristina y ella fue en gran parte responsable de eso. No tiene una descendencia con peso dentro de la estructura del kirchnerismo, no hay una descendencia con liderazgo. Cristina ejerció muy fuerte el liderazgo y La Cámpora, que buscan ser sus herederos, no logran convencer. Es un sello perdedor electoralmente hablando. De hecho, ninguno de los gobernadores los quiere tener en sus boletas porque La Cámpora es un sello que hace perder elecciones. Con lo cual, para el kirchnerismo es un golpe muy fuerte y eso lo vamos a empezar a ver el año que viene, cuando veamos los que asumen en la en el Cámara de Diputados y en todas las Legislaturas. Veremos en el futuro dónde empiezan a abrevar para buscar instrucciones.
-¿Y cómo puede afectar esto a los sectores que históricamente enfrentaron al kirchnerismo?
-Para la oposición al kirchnerismo también esto implica un gran un gran un desafío y también van a tener que modificar postura, porque hay partidos que se ordenaron en función de oponerse a Cristina Kirchner, de oponerse al kirchnerismo y demás, pero ahora esa figura desapareció de la escena.
-¿Qué expectativa hay de que se dicte una nueva condena en la causa de los Cuadernos?
-Las probabilidades son altas, porque en realidad es la misma estructura de corrupción. En vialidad se armó una estructura para beneficiar a un empresario amigo, que era Lázaro Báez. En la causa cuadernos están involucrados el resto de los empresarios. Los que construían en todo el país, con lo cual la estructura es relativamente similar. Incluso los exfuncionarios procesados son prácticamente los mismos. No me parece que pueda haber una salida distinta que no sea una condena. Más allá del tiempo que tarde en la Justicia llegar a una condena en la causa Cuadernos, me parece que el camino está relativamente marcado.
-¿Cuán importante fue el rol del periodismo para llegar a este desenlace y para el avance de otras causas?
-Fue fundamental. De hecho, yo siempre digo que, en gran parte de lo que la Justicia cuenta o narra o describe, como el famoso alegato del fiscal Diego Luciani, estaba narrado por el periodismo 10 o 12 años antes. Con lo cual el papel del periodismo fue fundamental para mostrar muchísimas cosas del poder. Y va a seguir siendo fundamental y la Justicia va a ser muy difícil que con esa presión no pueda avanzar contra la corrupción o que un fiscal se meta en los túneles corruptos. Va a ser muy difícil que eso suceda si el periodismo hace su trabajo. La sociedad impone los temas a partir de que el periodismo los hace conocidos. El periodismo es y fue fundamental para todos estos casos que involucran actos de corrupción durante el kirchnerismo, como lo fue también con el caso $LIBRA, que involucra al presidente Javier Milei, ya que fue el periodismo el que enseguida contó lo que había sucedido.
-¿La sociedad lo reconoce o no?
-El periodismo tiene que hacer periodismo, no hay que esperar nada. No somos políticos, no estamos buscando que la gente nos vote. Yo hago mi trabajo y hay una porción de la audiencia, porque nunca es total, que consume y aprecia lo que hacés, pero otra parte no lo hace. Me gusta mi trabajo y hay un grupo de empresarios que son los dueños del diario y que les parece que hago bien mi tarea y me pagan por eso. Entonces, el reconocimiento es una consecuencia que viene con el tiempo, pero no es lo que uno busca o algo que como periodistas deberíamos buscar. No estoy en la búsqueda del reconocimiento.
-¿Por qué el PJ todavía siga encolumnado tras la figura de Cristina Kirchner a pesar de que está presa?
-El PJ es un partido bastante machista en algún punto, pero muy cobarde respecto de la palabra pública. Nadie saca los pies del plato. Vos hablas en off con ellos y te hablan pestes de una cantidad de gente y cuando hablan en ON no se atreven a pronunciarlo. No hay muchas otras formas como para denominarlo que no sea cobardía. Cuando aparezca algún valiente en el PJ, se va a quedar con todo, pero ese valiente no aparece. No lo veo por ahora. Hoy el peronismo es un movimiento de gente con mucha cobardía respecto a la palabra pública, con un desafío enorme de mantener su estructura y los cargos públicos que posee a nivel nacional, provincial y municipal. Hoy no saca nadie los pies del plato, pero la sociedad no le va a perdonar eso.
-¿Con lo que hoy representa Cristina no le alcanza al peronismo?
-Lo que tiene Cristina Kirchner, el famoso 30% de núcleo duro, hoy no le alcanza. Y la propia expresidenta lo sabe mejor que nadie. Lo supo en 2015 cuando perdió con Macri, en 2019, cuando lo tuvo que buscar a Alberto, y en las últimas elecciones. El PJ sabe bien que con eso no llegas a ser presidente en 2027, porque para alcanzarlo tenés que pescar en otra laguna. Entonces, en el peronismo, alguno va querer ir a pescar a otra laguna y para tener otra laguna donde pescar no podés seguir siendo dirigido por una rea. Ahora, si aparece algún valiente en el peronismo, que me manden un mensaje y me avisen, porque yo no lo he visto en muchos años. Hace muchos años que nadie en el PJ se le atreve a Cristina, ni siquiera ahora que está presa.
-¿Cómo evalúas la postura que adoptó el gobierno de Javier Milei en relación con Vialidad y con otras causas?
-El gobierno de Milei no ha sido un gran denunciante. Prácticamente no hay denuncias de ningún tipo sobre los cuatro años de la gestión anterior (de Alberto Fernández) y todos sabemos que hubo ahí unos enormes negociados, especialmente a caballito de las importaciones. Este gobierno no tiene vocación de denunciar. Tampoco se ha metido demasiado con las otras causas, sino que está ahí, expectante, viendo si les sirve o no les sirve esto. Pero no es algo calculador. Y si vienen nuevas denuncias y apertura de causas por corrupción, va a ser de la mano del periodismo, pero no del lado del Gobierno de Milei, porque no es adepto a realizar denuncias ni a abrir investigaciones. Ahora, si el suceso se conoce y les sirve, lo usan, como cuando Milei salió a tuitear que Cristina fue condenada durante su Gobierno. Cuando en realidad toda la investigación se hizo en otros gobiernos.
-¿La Justicia demoró mucho hasta llegar a una sentencia definitiva en el caso de Vialidad?
-Sí, la Justicia demoró mucho. Y esto obedece a que la Justicia es una institución de la democracia que se maneja con jueces que los ponen en la política, con presupuesto que le da la política y con leyes que le da la política. Con lo cual, la Justicia no puede ser mucho más de lo que la política le deja hacer o le da para hacer. La política no se ha caracterizado por crear leyes que agilicen los juicios por corrupción. No lo ha hecho; el único gobierno que lo intentó fue el de Macri con la Ley del Arrepentido, la Ley de Decomiso y algunas normativas más. Sin embargo, nunca se ha establecido una normativa general para agilizar los juicios de corrupción. Esto implica que la justicia debe trabajar con herramientas que permiten a las defensas utilizar la dilación como estrategia. Los abogados presentan recursos una y otra vez, los pierden y los vuelven a presentar en todas las instancias, llegando incluso a la Corte Suprema, donde siempre encuentran algún recurso adicional. Esto hace que los procesos sean extremadamente lentos. Además, en este proceso puntual, hubo muchos años en los que la justicia no pudo obtener pruebas porque Vialidad no las proporcionaba. Más allá de estos puntos, existe una cuestión procedimental respaldada por las leyes, y esas leyes, impulsadas por la política, no se modifican. Cuando me refiero a "la política", no hablo del gobierno actual o del kirchnerismo en particular, sino de la política en general. No se sientan a debatir seriamente para que los juicios de corrupción se definan más rápido.
-¿Se puede mejorar el sistema sin depender de la política?
-Un ejemplo de agilización fue el divorcio, que en su momento era un proceso muy engorroso hasta que la política dijo: "Esto debe definirse en una semana", y así fue. Esa agilidad que se ha logrado en otros ámbitos para que la justicia sea más rápida no sucede con la corrupción. Existe una desincronización entre los tiempos de la justicia y las expectativas de la sociedad. La sociedad espera resoluciones más rápidas. El caso de Cristina, por ejemplo, data de 2007, 2008, 2009, 2010. Desde entonces, hubo dos períodos presidenciales de Cristina y una vicepresidencia, y es recién ahora que la justicia avanza. Si hubo un perjuicio, hubo tiempo para que se siguiera cometiendo durante 15 años. Estos tiempos no pueden suceder. Si alguien organizó una asociación ilícita desde el poder, debe quedar rápidamente fuera de carrera. De la misma forma, si alguien es acusado de armar una asociación ilícita para competir y es inocente, debe ser declarado inocente rápidamente para poder continuar su carrera. Argentina tiene una falencia tanto de culpables como de inocentes en casos de corrupción.