En un contexto de presiones económicas, el 70% de los argentinos redujo significativamente su consumo en categorías esenciales como alimentos (48%) y vestimenta (39%), según un nuevo informe de la consultora Bain & Company sobre el comportamiento de consumo en América Latina en 2025. El estudio destaca que los ciudadanos también han recortado gastos en restaurantes (32%), entregas a domicilio (28%), productos de cuidado personal (22%), alcohol (21%) y transporte (20%), reflejando un esfuerzo por reordenar sus prioridades de compra frente al aumento de precios.
El informe detalla que los consumidores argentinos han adoptado estrategias para adaptarse al contexto económico: el 43% opta por marcas más económicas, el 31% elige marcas propias de supermercados, el 38% reduce la cantidad de productos adquiridos y el 36% elimina compras por completo. Además, el 33% disminuye el gasto en energía, mientras que el 30% traslada actividades recreativas o necesarias al hogar para ahorrar costos.
La capacidad de ahorro se ve severamente limitada: solo el 39% de los argentinos logra ahorrar mes a mes, una cifra que se reduce al 19% en los hogares de bajos ingresos. El 47% enfrenta dificultades para adquirir productos esenciales, un porcentaje que aumenta al 63% entre los más vulnerables. Apenas un 9% puede ahorrar sin renunciar a gastos no esenciales, mientras que un 30% se limita a lo indispensable.
Percepción de aumentos y su impacto
El 90% de los latinoamericanos percibe un aumento en los precios de productos y servicios en los últimos tres meses, y el 87% señala que los productos que compra han subido. En Argentina, los alimentos lideran las preocupaciones (84%), seguidos por el transporte (44%), la electricidad (43%), los productos de cuidado personal (38%) y los restaurantes (33%). Estos datos muestran una continuidad con las tendencias de 2023, aunque ahora predomina un “consumidor equilibrado” que ajusta su gasto para mantener estabilidad, aunque no siempre por elección propia.
A pesar de la contracción del consumo, abril de 2025 mostró una leve recuperación en el consumo masivo, con una caída de solo el 0,1% respecto a marzo, tras 15 meses de declive continuo. Sin embargo, el primer cuatrimestre del año acumuló una disminución del 6,5%, evidenciando los desafíos persistentes.
Alejandro Pérez, socio de Bain & Company y responsable de la oficina en Argentina, señaló que el ajuste impactó en los sectores comerciales: “Las tiendas de barrio, de descuento, mayoristas y en línea fueron las que más crecieron, impulsadas por sus precios bajos y descuentos”. Pérez destacó un “moderado optimismo” entre las empresas, atribuido a un “reordenamiento en la macroeconomía que permite inversiones sin intromisiones excesivas”. Sin embargo, advirtió que “mucha gente debió recortar sus gastos como se ve en las estadísticas”, y que “la reducción de consumo y de la capacidad de ahorro se vincula a un aumento en precios relativos como los servicios, la energía, la nafta y el transporte, que impiden el consumo en otras cosas, generalmente vinculadas a productos no esenciales”.
Pérez también señaló que las empresas no anticipan un retorno a un modelo de subsidios generalizados: “No creen que todo vuelva a ser como hace algunos años, con subsidios en todos los ámbitos y aspectos”, y prevén “menos aumentos” en el futuro. No obstante, la caída en el consumo y el número de consumidores genera preocupación en el sector empresarial, que enfrenta un escenario de cautela a pesar de las mejoras en las reglas económicas, como la baja de aranceles a las importaciones y la quita de subsidios.
El informe refleja un consumidor argentino que, frente a un contexto económico desafiante, prioriza la estabilidad y reconfigura sus hábitos de consumo, mientras las empresas buscan adaptarse a un entorno de mayor claridad macroeconómica pero con desafíos en la demanda.