"En Tucumán, la emergencia eléctrica sigue fiel, incondicional, es un amor tóxico"

En una sesión marcada por diagnósticos coincidentes sobre la fragilidad del sistema eléctrico provincial, pero con profundas diferencias respecto de las responsabilidades por esa situación, la Legislatura aprobó la prórroga por un año de la ley que declara la emergencia del sistema de transporte de energía eléctrica en Tucumán. Mientras el oficialismo reconoció que la falta de obras estructurales obliga a sostener esta herramienta, la oposición advirtió que la “emergencia permanente” se ha convertido en una explicación que deja intactos los problemas que padecen miles de usuarios.

El legislador Alberto Olea, miembro informante y presidente de la Comisión de Energía y Comunicaciones, explicó la necesidad de la prórroga y reconoció que las transformaciones pendientes en la matriz energética provincial arrastran años de postergaciones. “Fue imposible en los últimos años contar con los recursos necesarios para concretar las obras del plan de transporte y las inversiones críticas que requiere la provincia para su desarrollo productivo y social”, sostuvo al fundamentar el pedido.

Olea remarcó que la prórroga permitirá avanzar en proyectos estratégicos y señaló que “la red de transporte de energía eléctrica es la columna vertebral del sistema eléctrico”, destacando especialmente la obra de la doble terna en 132 kW entre El Bracho y Villa Quinteros, que calificó como “trascendental e impostergable para mejorar el servicio en la zona sur”.

También subrayó que la continuidad del régimen de emergencia brinda herramientas para acceder a financiamiento y avanzar en infraestructura: “La prórroga posibilitará proseguir con la ejecución de este proyecto tan importante y otras obras que surjan según el crecimiento de la demanda”.

Sistema colapsado

Desde el arco opositor, las críticas se centraron en la falta de soluciones definitivas. El legislador José Seleme presentó un dictamen de minoría y cuestionó que Tucumán “conviva” con un régimen excepcional que se renueva sin resultados concretos:

“Tucumán tiene un patrimonio cultural: la emergencia eterna. Hay matrimonios y noviazgos que no duran tanto tiempo, pero la emergencia en el transporte eléctrico troncal sigue firme, fiel, incondicional. Un amor tóxico, pero amor al fin”, ironizó.

Seleme atribuyó a la ausencia de inversiones reales la persistencia de los cortes de energía: “No es magia, no es mala suerte, no es el clima: son líneas saturadas, transformadores viejos y un esquema de emergencia que solo sirve para justificar cada verano heladeras y aires acondicionados apagados”.

Además reclamó políticas modernas y cuestionó que la provincia no impulse alternativas como la generación distribuida. “Mientras prorrogamos la emergencia y no la solucionamos, dejamos de lado la herramienta más importante para reducir los cortes. Diversificar la fuente, generar energía donde se consume, reduciría los apagones y bajaría los costos”, afirmó.

El oficialista Roque Tobías Álvarez (foto superior), al anticipar su voto favorable, reconoció que existen problemas reales pero relativizó denuncias sobre supuesta falta de gestión provincial. “Podemos tener críticas hacia el servicio eléctrico que llega a nuestros domicilios, pero la columna vertebral de esto es el sistema troncal, y eso está bajo jurisdicción nacional”, indicó.

Señaló que la provincia depende del avance de obras que exceden su competencia directa: “Si no recibimos la energía para distribuirla, no hay posibilidades. Es lo mismo que querer ir a un lugar donde no existe ruta ni camino”.

Álvarez respaldó la continuidad de las obras en ejecución —como la doble terna El Bracho–Villa Quinteros y la proyectada ampliación hacia Leales— y sintetizó su posición: “Voto por las obras que hacen falta. Comparto que hay cortes de luz, pero para solucionarlos hay que terminar estas rutas energéticas”.

La prórroga fue finalmente aprobada por mayoría, con siete votos en contra, manteniendo vigente por un año más un esquema excepcional que, según el oficialismo, es indispensable para completar obras críticas; y según la oposición, refleja una incapacidad persistente para modernizar el sistema eléctrico y evitar que los tucumanos sigan padeciendo cortes y deficiencias estructurales.